Hoy toca repasar un clásico esencial de la historia del cine descubierto par mi por un compañero de clase y de charlas cinéfilas, al que aprovecho para agradecer la recomendación desde aquí -dejando constancia de que no sólo me gustan las "pelis de testosterona"-. Se trata del clásico antibelicista Johnny Cogió su fusil (Johnny got his gun), dirigida en 1971 por Dalton Trumbo, que adaptó una novela propia.
Guión: Dalton TRUMBO (d'après son roman, 1939)
Producción: Bruce CAMPBELL y RICH PRODUCTIONS
Images: Jules BRENNERMusique: Jerry FIELDING
Formato: Blanco&Negro - color (Eastmancolor) 35 mm.
Duración: 111 minutos.
Galardones: el GRAN PREMIO ESPECIAL DEL JURADO, PREMIO DE LA CRÍTICA INTERNACIONAL Festival de Cine de Cannes;
Intérpretes:
Timothy Bottoms
Jason Robards
Kathy Fields
Donald Sutherland
Diane Varsi
Marsha Hunt
Se trata de, junto a Senderos de Gloria (Paths of Glory, 1957, Stanley Kubrick), la mejor película antibelicista que he visto. La visión de Dalton Trumbo, aunque genial en el planteamiento, flaquea en mi opinión en la dirección, que a veces se hace confusa. Sin embargo, teniendo en cuenta que se trata de la única película dirigida por Trumbo, no está nada mal. Además, consigue crear situaciones realmente angustiosas mediante los juegos de sombras, principalmente en la escenas en blanco ynegro -pues se trata de una película que intercala escenas en color y en blanco y negro-.
El guión, como ya he dicho basado en la novela del propio director y adaptada por él mismo, es verdaderamente brillante. Un joven norteamericano (Joe) es enviado a luchar en la I Guerra Mundial -esa terrible carnicería organizada con pensamient decimonónico pero armamento del s XX-. Deja atrás a su familia -su padre falleció algún tiempo atrás- y a suamantísima novia, con la que mantiene una primer ay única relación sexual la noche antes de partir. En las trincheras. Joe resulta horriblemente herido por una bomba: pierde ambos brazos y ambas piernas, así como la mandíbula, la lengua, y los ojos, quedando ciego, mudo, sordo e irreconocible. Se trata por tanto, de un torso que es incapaz de exteriorizar emoción o pensamiento algunos, pero que sigue sufriendo y haciéndose preguntas. Un hombre enjaulado en su propia mutiliación, que no tiene más compañía que la suya propia, sus angustias, y sus fantasmas.
Así, Trumbo nos narra mediante flashbacks, sueños y hechos reales -éstos últimos, en blanco y negro- el tremendo desasosiego y dolor de un hombre destrozado. Pero no contentos con el resultado, el ejército decide ocultarle en un hospital, para mantenerle vivo y estudiarlo. Johnny sólo quiere que le muestren al mundo, como la grotesca creación del hombre que es.
Las enfermeras encargadas de cuidarle son aleccionadas para no sentir lástima por él. Sólo una acaba esteriorizando la tremenda empatía, el terrible sentimiento de culpa que hace brotar en el mismo espectador la visión del pobre Joe.
Mi opinión: brillante de principio a fin.
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