jueves, 22 de noviembre de 2007

Nueva York bajo el terror de los Zombies, de Lucio Fulci



Y llegamos a la primera obra de Fulci sobre zombies. Esto es especialmente importante ya que Fulci es conocido como el padre de los speghetti zombies, películas de temática zombie hechas en Italia -también es conocido como el "padrino del gore"-.
Se trata de una secuela apócrifa de la mítica Dawn of the Dead (1978), del genio George A. Romero. Realmente el guión de la película fue escrito antes de que se estrenara el film de Romero en Italia -promocionado en Europa por Dario Argento, que lo dotó de la banda sonora de Goblin, así como del título Zombie-. En Italia, el título original de la película de Fulci fue Zombi 2, evitando posibles problemas legales con la omisión de la "e". Ambas películas no tienen demasiada relación, salvo por tratar la temática de la épica zombie -un grupo de personas aisladas y acorraladas por los muertos vivientes-, y las secuencias del comienzo y del final -las de Nueva York- fueron incluídas tras el éxito de la película de Romero, de cuyo éxito se sirvieron multitud de películas italianas, empezando por la que comento en estos momentos.


Nueva York bajo el terror de los Zombies (1979), o Zombie en USA, es una película que contiente casi todos los tópicos de las películas de zombies de Romero. Un grupo de personas se ven acorraladas por los zombies en algún lugar aislado; muertos que se levantan de sus tumbas; mordiscos; personas que se convierten en zombies... También comparte elementos del cine clásico de terror -hagamos referencia a I walked with a Zombie (1943, Jacques Tourneur)- como el científico involucrado en la resurrección de los difuntos. Sin embargo todo esto está pasado por la peculiar cámara de Fulci. Esto es: ambientes malsanos y húmedos, feísmo estético, sangre y violencia por doquier... El cóctel resultante es una de mis películas de zombies favoritas.
Desde luego no se puede esperar gran cosa de las interpretaciones, que son correctas y punto. Lo más importante reside en la forma en que se cuenta la historia -una escalada lenta de tensión tras un prólogo brillante, y un final apoteósico-, en los efectos especiales -bizarrísimos y algunas veces bastante realistas para la época-, y en la estética de los ambientes.
Desde luego, queda recomendada como una de las piezas clave de la historia de este subgénero Qque es el cine de zombies.

El más allá, de Lucio Fulci


Parece que he decidido hacer un mini-ciclo Fulci en medio del ciclo "Diablos sobre ruedas, Gatitas al volante". Y es que este director italiano lo merece -senota bastante lo mucho que me gusta el cine italiano de género-. Es un director controvertido como pocos, puedes adorarle u odiarle, dudo mucho que haya un término medio.
Ya he comentado Lo Squartatore di New York (1982), conocida -poco- en España como El destripador de Nueva York, y he hablado de lo mucho que me ha gustdo.
L'aldilà-E tu vivrai nel terrore es el título original de la película que me ocupa ahora mismo. Fue estrenada en 1981, y en España fue renombrada como El más allá -en inglés, The Beyond-, y pertenece a la faceta más "fantástica" de Fulci. No es una simple películade zombies -como Nueva York bajo el terror de los zombi, que me encanta-, sino que entra dentro de un universo má Lovecraftiano.

La sinopsis es básicamente esta (contiene spoilers): Liza acaba de heredar un hotel donde cincuenta años atrás encontrarton a un puintor crucificado en la pared. Contrata a Marta, y su hijo Joe, dos raros persnajes que mueren en extrañas circustancias. Liza se irá dando cuenta de que algo raro está pasando en el edificio. Escucha ruios y un timbe de vez en cuando se activa precisamente e la habtación 36, donde fue crucificado el pintor. El hotel está construído sobre una de las siete puertas del infierno sobre las que habla la profecía de Eibon.

Es considerada como la obra maestra de Lucio Fulci. No es mi favorita del director pero es muy buena. He de confesar que la primera vez que la ví no terminó de gustarme. Gore desordenado, a veces bastante cutre -para lo que estamos acostumbrados hoy en día-y cierta dejadez en el guión. La segunda vez me encantó, porque vi que Fulci no pretendía contar una historia, sino transmitir sensaciones.
La anécdota tarantiniana relativa a esta película es que el director estadounidense reestrenó -creo que en 1997- esta película.
Recientemente ha sido reeditada en DVD.

martes, 20 de noviembre de 2007

El Destripador de Nueva York, de Lucio Fulci


Parada obligatoria en esta película. Viva Lucio Fulci. Es o único que se me ocurre decir tras verla por segunda vez.
Es una auténtica oda a la irreverencia y a la brutalidad. Sexo desmedido, violencia muy explícita y el Pato Donald como asesino. ES NECESARIA.
La película, de 1982, peca -lo que para mi es una virtud- de los típicos excesos del cine de su autor. En este caso destacan mujeres sensuales bastante promiscuas, escenas de violencia bastante dolorosa hasta para el espectador -ese pezón y esa cuchilla de afeitar... ufff-, y una narrativa exuberante y a veces excesiva -aunque a mi me parece bastante estilizada y me gusta-.
La trama nos lleva a Nueva York donde comienzan a aparecer cadáveres de jovencitas horriblemente mutilados. El inspector encargado del caso recibe llamadas del asesino, que pone la voz del Pato Donald... el inspector consulta a un profesor de psiquiatría y comienza el desfile de sospechosos típicos del giallo, donde todo el mundo podría ser el culpable.
No desvelo nada más. Simplemente queda recomendada al 100% para los amantes del gre -aunque esta entra casi dentro del erótico-gore-.
Por desgracia siempre le cojo el gusto a ciertos directores una vez han muerto. Fulci falleció en 1996, a causa de la diabetes. Entra dentro de ese grupo de directores -como Leone o Kubrick- con los que me hubiera encantado llegar a conversar en vida. Habrá que esperar a estar en L'aldilà para hacerlo -chiste cutre cinéfilo-.
Como anécdota, diré que en una ocasión Quentin Tarantino -qué recurrene es en mi cinefilia este director- confesó a la hija de Fulci haber visto 30 veces El Destripador de Nueva York. Cuando su hija se lo contó al director italiano, éste, reconocido fan de Reservoir Dogs, aconsejó a su hija "casarse con ese individuo inmediatamente".
Ahí queda eso.

Giallos

Hago un pequeño alto en la maratón de películas con persecuciones trepidantes de coches para comentar un par de películas de ese género que tanto me gusta: EL GIALLO. "Giallo" significa literalmente "amarillo" en italiano, país de donde es originaro el género.
¿Y qué es un giallo? Pues no es más que lo que podríamos llamar un spaghetti Thriller, la versión italiana enloquecida y desquiciada de los thrillers norteamericanos -por ejemplo, las pelis de Hitchcock-. La principal diferencia es la escasez de tapujos en lo que a violencia explícita se refiere -he aquí una de las principales fuentes de las splatters- la descarada sexualidad de las protagonistas -a veces próxima al destape español- y la fuerte estilización -elemento compartido por casi todo el cine italiano "de género", no hay más que ver mis adorados spaghetti western-.
El retrato robot del asesino prototípico del giallo es básicamente una persona enfundada en una gabardina, con guantes de cuero negros, y que porta un pasamontañas o un sombrero que le oculta la cara. Suelen usar armas blancas -cuchillas de afeitar, navajas, sierras...- pero pueden cometer asesinatos de lo más ocurrentes con casi cualquier cosa -véase la bañera de agua caliente de Rojo oscuro, de Dario Argento-.
Algunos de los autores más destacados son:
-Mario Bava: el "creador" del género. O al menos el mas importante de los primeros que dieron su visión a la italiana de los thrillers americanos. Destaca cómo impuso las normas estéticas del género: la estilización de los planos, la plasticidad de los colores, muy vivos... Obras suyas son La máscara del Demonio (1960) , Diabolik (1968), Seis mujeres para el asesino (1964) o Bahía de sangre (1971).
-Dario Argento: el director que dio fama internacional al género. Discípulo de Bava, debutó con la genial El pájaro del plumaje de cristal (1970). Este auto destaca por su persnal manera de dirigir, caracterizada por ciertos planos "firma" (como alguien asomándose a un cristal, las manos del asesino en primer plano...) y por sus personajes plenamente funcionales. Otras obras suyas en el género son El gato de las nueve colas (1971), Cuatro moscas sobre terciopelo gris (1971) -con la que cierra su "trilogía de los animales"-, Rojo oscuro (1975) o Tenebrae (1982). También es importante destacar otras obras de Argento englobadas dentro del género fantástico, como Suspiria (1977), Inferno (1980) o Phenomena (1985). Últimamente ha participado en la serie Masters of Horror, con uno de los capítulos más terroríficos, a mi juicio: Jennifer. Además a día de hoy está por estrenarse la tercera parte de su trilogría sobre las madres: la Terza Madre (precedida por Suspiria e Inferno). A mi personalmente me encanta el trabajo de este director.
-Sergio Martino: tal vez no sea especialmente destacable dentro del género en sí, pero suyo es mi giallo favorito (o uno de los tres favoritos): Torso, violencia carnal (1973). Su cine es aún más violento que el de Argento -o al menos más brutal-, y tiene un contenido sexual más descarado.
-Lucio Fulci: el padre del Spaghetti Zombie. Sin embargo le meto en este grupo por una película fundamentalmente -la única suya dentro del giallo que he visto hasta la fecha-: El destripador de Nueva York (1982). Me ustaría dedicarle un monográfico a esta película más adelante -porque creo que la voy a ver bastantes veces-. pero el único adjetivo que le encaja es el de bizarrada. Y eso me encanta. Fulci es un director plenamente excesivo, cualidad por la cual puedes adorarle -como hago yo- u odiarle -como hace mucha gente. También destacan en su filmografía son Zombie 2: Nueva York bajo el terror de los zombies (1979), Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (1980), Aquella casa al lado del cementerio (1981), o El más allá (1981). Esta última me encanta.
Por último, creo que merece una mención especial Ennio Morricone con el que tal vez sea uno de sus trabajos más olvidados o desconocidos: las bandas sonoras de la trilogía inicial de Dario Argento -arriba mencionadas-, la llamada "trilogía de los animales". Quentin Tarantino rescató algunos de estos temas para su Death Proof.

Vanishing Point, de Richard C. Sarafian


O Punto Límite: Cero, por estos lares. Esta sí que la descubrí gracias a Tarantino y su genial Death Proof, refrito de grades giallos, slashers y pelis de coches como la que nos ocupa en estos momentos. Y por descubrirme esta le estoy especialmente agradecido, pues se trata de mi Road Movie favorita actualmente. Es inigualable.
Esta película es como una especie de Easy Rider pero con coches en lugar de motos, y a mí personalmente me gusta hasta más.
El argumento -según tengo entendido, de Cabrera Infante- aunque sencillo, es genial. Kowalski, un ex-piloto de carreras, ex-policía y demás "ex" se marca una meta: conducir desde Denver hasta San Francisco -Cisco para los amigos- al volante de su Dodge Challenger blanco del 70 en menos de quince horas. Hace una especie de apuesta con el tipo que le vende anfetaminas, pero no creo que se muestren las verdaderas motivaciones de Kowalski -o al menos yo no las ví-. Realmente lo que le mueve es el hastío, las ganas de conseguir algo, de ganar por una vez en la vida.
Para conseguirlo burlará a la policía de varios Estados, cruzará e Valle de La Muerte a toda velocidad, y se topará con personajes de lo màs extravagantes: un viejo cazador de serpientes, una comuna religiosa en medio del desierto, un hippie y su novia la motorista nudista... Toda una gozada de película, señores.
Además hay que mencionar a Super Soul, un locutor radiofónico negro y ciego que guiará a Kowalski a lo largo de su camino. "El ciego que guía al ciego".
No me gustaría desvelar nada más, porque es demasiado genial como para verla con partes del argumento destripadas. Eso sí, el final es absolutamente maravilloso.
El actor que hace de Kowalski, Barry Newman, está sencillamente genial. El papel le queda como hecho a medida, no se me ocurre nadie más famoso que pudiera quedar mejor para el papel.
La dirección es genial, con carreras trepidantes realmente bien rodadas -no como las que tienden a rodarse hoy día, que son puro artificio-, la fotografía es puramente setentera -cosa que me encanta- y la banda sonora es una de las primeras en incluir música rock.
Sólo queda decir Gracias a Dios por el oportunimo de la industria del DVD en España, ya que parece que editan sistemáticamente cualquier película que Tarantino mencione en sus obras -cosa ue yo agradezco, porque muchas me pican la curiosidad, y acaban convirtiéndose en algunas de mis favoritas, como esta-.

Conclusión: hay que verla. Es una película necesaria. Por lo menos a mí me encantó.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Faster, Pussycat, Kill! Kill!, de Russ Meyer



Dando comienzo a este ciclo sobre películas en las que la cámara va a bordo de un coche hacia el encuentro con el destino, la muerte o el mismísimo infierno.
La primera de la lista es Faster, Pussycat, Kill! Kill! (1966)del padrino del Sexploitation, el gran Russ Meyer, que en este film da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales.
Y es que esta película es precisamente eso: Escotes de mujeres con grandes -muy grandes- pechos, coches, velocidad y dobles sentidos, siempre obscenos. ¿Divetido, no?
Esta película es como una especie de sueño para un tío. Para las chicas puede que sea algo diferente. Las mujeres de Meyer son muy sexys y promiscuas, pero también son fuertes -supermujeres- y crueles. Se le podría dar un enfoque casi feminista y decir que esas gatitas son un alegato sobre el verdadero poder de la mujer, el matriarcado, y blah blah blah. Pero quienes la hayan visto sabrán que la peli va sobre tetas. Y no estoy diciendo que eso sea malo, es divertida como el inierno.

Argumento:
La película nos cuenta la historia de Varla, Rosie y Billie, interpretadas respectivamente por Tura Santana, Haji y Lori Williams, que son tres go-gós de una discoteca donde reciben los gritos lascivos de los clientes del local. Cuando su dura jornada -nocturna- de trabajo concluye, van al desierto con sus potentes coches para meterse en algunos líos. Y es que no son precisamente la tímida chica a la que podríamos estar acostumbrados en el cine de la época -la película es del 66-, sino que son una especie de mutación superdesarrollada -sobre todo sus glándulas- y retorcidas de la mujer que retrataba el gran Howard Hawks. Son un grupo de verdaderas zorras del infierno.
El reparto lo completan Stuart Lancaster, Susan Bernard y Ray Barlow.
Prefiero no desvelar nada más de la trama porque es una película que cada cual ha de experimentar por sí mismo, sin prejuicios ni ideas preconcebidas. Se debe comenzar con ella con el cuentakilómetros a cero.

Detalles:
Respecto a la parte ténica de la película, resulta brillante la composición de los planos y la calidad de la fotografía -en blanco y negro-. Y es que es una película en la que se ve la mano de un director realmente inteligente y con mucho talento -tal vez incomprendido y discriminado por el género al que se consagró- como es Russ Meyer.
En la película Death Proof podéis encontrar multitud de referencias a esta película -composiciones de planos y demás-, pero el homenaje más obvio es la camiseta que lleva una de las chicas, en la que se puede ver la figura de Tura Santana como Varla. Además se nota bastante la influencia de Meyer -una más en el haber del director cinéfilo por excelencia- y de esta película en concreto, en practicamente toda su filmografía.

John Waters, el director de Pink Flamingos, dijo de esta película que "[...]es, sin duda alguna, la mejor película jamás filmada. Incluso puede ser mejor que cualquiera que se haga en el futuro... las malvadas Pussycats de Meyer se han convertido en un modelo para todos los personajes de mis películas".

Queda comenada la primera de la saga de películas sobre coches que he decidido comentar mientras aprendo a conducir.

domingo, 18 de noviembre de 2007

CICLO: Diablos sobre ruedas, Gatitas al volante

Últimamente me ha dado porel cine de coches, así que declaro abierto un pequeño monográfico sobre películas de coches, road movies, y demás. He llegado a este punto debido a dos factores fundamentales: el hecho de que este verano se estrenase Death Proof -que, como a todo fan de Tarantino, me encantó hasta decir "Dios, lo ha vuelto a hacer"- y el estar sacándome el carnet de conducir y estar ya con el práctico. Si unimos los dos factores -Tarantino y vida real- tendremos una locura pasajera por las peliculas sobre coches. Tarantino encendió la chispa de este gusto y el coche hizo el resto. Eso no quiere decir que me hayan dejado de gustar los westerns o las pelis de artes marciales. Simplemente añado otro género al saco.
El ciclo Estará formado por las siguientes películas:
Faster, Pussycat, Kill! Kill!, de Russ Meyer.
Punto límite: Cero (Vanishing Point), de Richard C. Sarafian.

El diablo sobre ruedas, de Steven Spielberg.

La huída, de Sam Peckinpah.
Eso sí, no me gustaría que se pensara "bah, las ha visto sólo porque a Tarantino le gustan". Ni de coña. Algunas de ellas las he descubierto gracias a él. Otras ya las conocía y me decidió a verlas. Y otras ya me encantaban antes.

Quedan todos invitados, pues, a la carrera.

jueves, 25 de octubre de 2007

Johnny cogió su fusil, de Dalton Trumbo



Hoy toca repasar un clásico esencial de la historia del cine descubierto par mi por un compañero de clase y de charlas cinéfilas, al que aprovecho para agradecer la recomendación desde aquí -dejando constancia de que no sólo me gustan las "pelis de testosterona"-. Se trata del clásico antibelicista Johnny Cogió su fusil (Johnny got his gun), dirigida en 1971 por Dalton Trumbo, que adaptó una novela propia.


Guión: Dalton TRUMBO (d'après son roman, 1939)

Producción: Bruce CAMPBELL y RICH PRODUCTIONS

Images: Jules BRENNERMusique: Jerry FIELDING

Formato: Blanco&Negro - color (Eastmancolor) 35 mm.

Duración: 111 minutos.

Galardones: el GRAN PREMIO ESPECIAL DEL JURADO, PREMIO DE LA CRÍTICA INTERNACIONAL Festival de Cine de Cannes;

Intérpretes:

Timothy Bottoms

Jason Robards

Kathy Fields

Donald Sutherland

Diane Varsi

Marsha Hunt


Se trata de, junto a Senderos de Gloria (Paths of Glory, 1957, Stanley Kubrick), la mejor película antibelicista que he visto. La visión de Dalton Trumbo, aunque genial en el planteamiento, flaquea en mi opinión en la dirección, que a veces se hace confusa. Sin embargo, teniendo en cuenta que se trata de la única película dirigida por Trumbo, no está nada mal. Además, consigue crear situaciones realmente angustiosas mediante los juegos de sombras, principalmente en la escenas en blanco ynegro -pues se trata de una película que intercala escenas en color y en blanco y negro-.

El guión, como ya he dicho basado en la novela del propio director y adaptada por él mismo, es verdaderamente brillante. Un joven norteamericano (Joe) es enviado a luchar en la I Guerra Mundial -esa terrible carnicería organizada con pensamient decimonónico pero armamento del s XX-. Deja atrás a su familia -su padre falleció algún tiempo atrás- y a suamantísima novia, con la que mantiene una primer ay única relación sexual la noche antes de partir. En las trincheras. Joe resulta horriblemente herido por una bomba: pierde ambos brazos y ambas piernas, así como la mandíbula, la lengua, y los ojos, quedando ciego, mudo, sordo e irreconocible. Se trata por tanto, de un torso que es incapaz de exteriorizar emoción o pensamiento algunos, pero que sigue sufriendo y haciéndose preguntas. Un hombre enjaulado en su propia mutiliación, que no tiene más compañía que la suya propia, sus angustias, y sus fantasmas.

Así, Trumbo nos narra mediante flashbacks, sueños y hechos reales -éstos últimos, en blanco y negro- el tremendo desasosiego y dolor de un hombre destrozado. Pero no contentos con el resultado, el ejército decide ocultarle en un hospital, para mantenerle vivo y estudiarlo. Johnny sólo quiere que le muestren al mundo, como la grotesca creación del hombre que es.

Las enfermeras encargadas de cuidarle son aleccionadas para no sentir lástima por él. Sólo una acaba esteriorizando la tremenda empatía, el terrible sentimiento de culpa que hace brotar en el mismo espectador la visión del pobre Joe.


Mi opinión: brillante de principio a fin.

domingo, 21 de octubre de 2007

La Nouvelle Vague y "Al final de la escapada", de Godard

Introducción a la Nouvelle Vague:
Jean-Luc Godard. Últimamente parece estar de moda desmitificar a este legendario cineasta, esta leyenda viva del cine y estandarte de la genial corriente Nouvelle Vague, que revolucionó el mundo del celuloide durante finales de los 50's y la década de los 60's. Cineastas como Truffaut (mi favorito personal dentro del movimiento), Chabrol, Rohmer o el propio Godard (mi otro favorito de la Nueva Ola) reinventaron las normas del cine, rompiendo con el estilo clásico y concibiendo lo que sería el embrión del "cine moderno".
La instrucción de todos ellos se llevó a cabo principalmente en dos frentes. En primer lugar, la Cinemathèqe Française de París -donde, por otra parte, comenzó la revuelta de mayo del 68-, templo parisino del cine donde se proyectaba todo tipo de películas, clásicas y modernas, buenas y malas. Allí fue donde contemplaron obras de Howard Hawks, de John Ford, de Sam Fuller, de Alfred Hitchcock... y se enamoraron perdidamente de ellas; el segundo frente fue la revista Cahiers du Cinéma -fundada en 1951 por André Bazin-, desde la cual una nueva generación de críticos (entre ellos Godard, Rivette, Chabrol, Rohmer o Truffaut) creaban opinión sobre las películas, sobre los cineastas y sobre el modo de ver este genial medio.
Podría decirse que la actividad de esta "Nueva Ola" del cine francés comenzó con su precursor Jean Pierre Melville. Pero las primeras películas consideradas como puramente de la generación son fundamentalmente tres: Los 400 golpes (les 400 coups, 1959, François Truffaut), Hiroshima Mon Amour (1959, Alain Resnais), y Al final de la escapada (À Bout de Souffle, 1959, Jean-Luc Godard). Es precisamente en este título donde se unieron varios genios para crear una película totalmente innovadora y rompedora, una de mis favoritas del movimiento. Godard y Truffaut la escribieron, con la colaboración de Chabrol, y Godard la dirigió, además de editarla de manera absolutamente rompedora.
Ésta es la película que me ocupa hoy.

Introducción a Godard:
Como ya he dicho, parece estar de moda desmitificar a Godard. Igual que lo está decir que Marlon Brando "no era tan buen actor" (mentira, era un genio, maestro de maestros como Nicholson o De Niro).
El cineasta del cigarro y las eternas gafas de sol. Godard fue (sigue vivo, pero su obra actual me interesa más bien poco...) un cineasta brillante que rompió las encorsetadas normas clásicas del cine clásico, reclamando la maestría de genios menospreciados en la época como Howard Hawks.
Hizo un puñado de películas brillantes antes de radicalizarse y comprometer su cine a la causa del comunismo (decisión que hace que en cierto punto, su cine deje de interesarme, pues pierde esa "inocencia" y genialidad inicial).
Está claro que es un cineasta en ocasiones casi inaccesible (Alphaville), pero en otras demostró ser el genio mundano, el gran innovador que cambió muchas cosas, abonando el terreno para el cine moderno. Hablo de películas como Al final de la escapada o Banda Aparte.


Argumento (puede contener spoilers):
Al final de la escapada trata de una película protagonizada por unos brillantes Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg (bella como pocas en la pantalla). El argumento se centra en Michel (Belmondo) un joven que se limita a vivir el momento, resultando nihilista a veces -quedando emparentado con el Mersault de El extranjero, la novela de Albert Camus-, que comete un asesinato movido por el impuslo del momento, cuando se desplazaba en coche robado de Marsella a París. En París, se dedica a perseguir a un tal Antonio que le debe dinero, mientras seduce a viejas novias y trata de que Patricia (Seberg), una joven estadounidense que vende el New York Herald Tribune en los Campos Elíseos, le acompañe a Roma. Las dudas de ella y la huída de él de la policía desencadenan una historia de amor compleja que termina trágicamente.


"¿Qué significa... asquerosa?"

lunes, 8 de octubre de 2007

Nueva lista de películas favoritas

No me apetece borrar la anterior lista de mis películas favoritas, siempre está bien revisarla para ver mi evolución como cinéfilo. Pero me apetece colgar una un poco más depurada.
He llegado a la conclusión de que he de diferenciar las que considero "mis películas favoritas" de aquellas otras que considero "las mejores películas que se han hecho". Es decir, que son dos conceptos completamente diferentes. Por ejemplo, considero Érase una vez en América como una de las tres mejores películas que se han hecho, pero puestos a elegir entre mis favoritas, pondría El bueno, el feo y el malo, por hablar sólo de un director.
De todos modos es muy variable. Si hubiera redactado la lista a los 12 años, estarían El silencio de los Corderos y Star Wars sin dudarlo. Y siguen encantándome, pero a día de hoy, las estrictamente favoritas son estas.
Por lo tanto, allá van. Esta vez las únicas normas son: no repetir director ni equipo creativo y reducir la lista a 10.
Por lo tanto, allá van esas 10 películas que, no siendo necesariamente las mejores de la historia -también tengo lista para eso, pero es mucho más complicado-, son aquellas que de verdad me gustan.
Eso sí, no habrá ranking. No es un podio ni nada así. Es simplemente una lista. De hecho, las ordenaré de manera cronológica.



Río Bravo (Rio Bravo, 1959, Howard Hawks).
Tarantino la definió como "the best hang out movie ever". Y lo mismo pienso yo. Poner la película es como ir a dar un paseo con viejos amigos. Vas y haces la ronda con el bueno de John T. Chance y con Dude. Tocas unas canciones con Colorado. Juegas una partida en el hotel... Muchos de los valores por los que me rijo vienen de hombres como Hawks o Leone, que hablaban de tiempos en los que "los hombres eran hombres", cualquiera que sea el significado de eso.
El bueno, el feo y el malo (Il Buono, il bruto, il Cattivo, 1966, Sergio Leone).
Para mí, en esta película está la mejor escena jamás rodada. Y qué diablos, nunca he visto nada tan emocionante en la pantalla. Esos tres chacales luchando ferozmente por un tesoro, el marco de la guerra civil americana, la emoción de la música de Ennio Morricone, la brillante direccíón de Sergio Leone. Si tuviera que hacer un top 1 de mis películas favoritas, esta sería la elegida.

Cowboy de medianoche (Midnigh Cowboy, 1969, John Schlesinger)
Una de las últimas inclusiones en la lista. Ejemplar película de Schlesinger que muestra las aventuras de un gigoló Tejano en Nueva York. Memorable la peculiar amistad entablada con Ratso (Dustin Hoffman), la brillante banda sonora... Una película que me encantó de principio a fin y que merece estar entre estas diez. Y menudo finalazo.
Grupo Salvaje (Wild Bunch, 1969, Sam Peckinpah)
Mucho dudé si meter esta película o Perros de paja, del mismo director. Sin duda, se nota que me gusta el western (no todo, ojo). Genial película crepuscular sobre los últimos hombres de verdad en el oeste. Un puñado de forajidos violentos y puteros que no dudan en matar por egoísmo. Pero al final matan por una causa justa, redimiéndose. La frase: "Si se mueven, mátalos".

Taxi Driver (Taxi Driver, 1976, Martin Scorsese).
Nunca se reflejó tan bien la soledad del hombre. La metáfora del taxista, completamente rodeado de gente, pero abrumadoramente solo. Los intentos fallidos por salir de esa soledad, el descenso a la locura, la redención como brutal héroe. Menuda obra maestra hizo usted, señor Scorsese. Y menudo Robert De Niro, en uno de los papeles de su vida.
La chaqueta metálica (Full Metal Jacket, 1987, Stanley Kubrick).
Siempre odié las clases de Educación Física. Me sentía como el Recluta Patoso en la primera mitad de la película. La dura instrucción militar, la alienación del hombre para ser convertido en máquina de matar... y después la segunda mitad, la puesta en práctica, el horror (y a la vez la belleza) de la guerra, lo salvaje del mundo... Kubrick, señoras y señores. Seguramente no es su mejor película, pero sí fue la que vi de él. Las primeras impresiones son importantes.

Pulp Fiction (Pulp Fiction, 1994, Quentin Tarantino).
Pocas palabras para el genio de los diálogos y del ritmo narrativo. EL cineasta más brillante de los últimos tiempos. Dicen que no ha inventado nada nuevo... inventa con la suma de los opuestos, crea un estilo propio a base de fuentes tanto cultas como desconocidas. La película de los 90's, sin lugar a dudas, y una de las que más me impactaron en el primer visionado. Está en la lista desde el minuto uno de la primera vez que la ví.



Chungking Express (Chong qing sen lin, 1994, Wong Kar-Wai).
Mi película oriental favorita, probablemente. Amor en tiempos de superpoblación y comida rápida. Dos historias muy vagamente relacionadas, sobre un par de policías y sus problemas con las mujeres. La ciudad que hierve de gente, la tierna pero triste pérdida de un amor, y el esperanzaador descubrimiento de otros nuevos. Eso, y Faye Wong bailando al ritmo de California Dreaming.
Fargo (Fargo, 1996, Hermanos Cohen).
Otra gran obra de los 90's (para mí, junto con los 60's y 70's, las épocas doradas del cine), en la que para mí es la mejor película de humor negro. Mucha gente la ve como un thriller, pero yo me desternillo con ella. Brillante diálogo, sordidez, nieve y dinero. Los Cohen en su mejor obra (con permiso de El Gran Lebowski). Es de esas películas que nada más acabar de verla estaba deseando ponerla otra vez (de hecho, la vi dos días consecutivos). Grandes Frances McDormand y Steve Buscemi.
Hable con ella (2002, Pedro Almodóvar)
Probablemente, la inclusión más polémica (???). Esta película es una de las cosas más absolutamente tristes que pueden verse. Y su creador lo logra mediante el humor. Si puedes reírte con unos personaje,s entonces llorarás por lo que les pase. Si todo son lágrimas, acabarás aborreciéndolos. Qué buen ejemplo de cine.



Seguramente cualquier día alteraré la lista. Pero por ahora, creo que estas son mis 10 favoritas (aunque lógicamente, hay muchas más).
Curiosamente, no he visto ninguna de ellas en la gran pantalla (cosa que me encantaría hacer algún día). Si ya son mis favoritas habiéndolas visto sólo en pantalla pequeña, no quiero imaginar cuánto me gustarían en el cine.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Especial Audrey Herpburn: homenajeando a un ángel

Damas y caballeros. El proyector se pone en marcha. La pantalla se ilumina. Una música celestial llega a nuestros oídos, se trata de Moon River. Vemos una calle, inconfundiblemente neoyorkina. Y un taxi que se acerca. Del taxi, sale una mujer con un elegante traje de noche, y unas gafas de sol. En la mano, una bolsa. Se para frente a Tyffany's, la famosa joyería. Saca de la bolsa un croissant y un café. Y se los toma tranquilamente, mientras se dedica a mirar los lujosos escaparates.
Desde luego, no es lo mismo leerlo en mi torpe descripción, que verlo en imágenes. Pero puedo asegurar -y seguro que cualquiera que sepa de lo que estoy hablando- no podrá evitar recordar esa mítica escena inicial de Desayuno con Diamantes. Y estoy seguro de que todos nos enamoramos de esa mujer que desayunaba entre lujo y glamour en ese momento. Sí, señoras y señores. Se trataba de la única e inigualable. Se trataba de Audrey Hepburn. Aquella que ha marcado mi cánon de belleza femenino. Aquella que hace que me estremezca con una mirada en primer plano, o con un gesto sutil.
Se trata no solo de una de las mejores actrices de la historia del cine, ni de la cara más bonita que se ha paseado por una pantalla, regalándonos obras como la ya mencionada Desayuno con diamantes (Breakfast at Tyffany's, 1961, Blake Edwards). Se trata además de una persona excepcional, que vivió de una manera ejemplar y que dejó tras de sí un legado a seguir.

Una vida de película:
Nació en Ixelles , comuna de Bruselas, Bélgica, el 4 de mayo de 1929 con el nombre de Edda Kathleen Hepburn-Ruston Van Heemstra, hija del banquero inlés Joseph Hepburn-Ruston y de la aristócrata holandesa Ella van Heemstra. Fue al colegio en Inglaterra y en Holanda hasta que, con motivo del divorcio de sus padres en 1935 se instaló definitivamente con su madre en Holanda. Allí, en Arnhem, sufrió las carencias de la Segunda Guerra Mundial, motivadas por la ocupación alemana. Como curiosidad, Audrey colaboró como correo de la resistencia contra los nazis.

Carrera cinematográfica:

Finalizada la guerra, Hepburn y su madre se trasladaron a Londres, donde tomó clases de ballet y trabajó como modelo. En 1951 comenzó a actuar en películas de cine. Eran papeles de figurante que fue poco a poco incrementando con el paso de los años. En ese periodo apareció también muy brevemente en la famosa película de la Ealing Oro en barras (1951). Decidida a hacerse un hueco en el mundo del cine, Audrey se marchó a Hollywood para probar suerte y la verdad es que no pudo ser más afortunada.
Tras revelarse en Broadway con "Gigi" consiguió su primer papel americano en una película de William Wyler llamada Vacaciones en Roma (1953), una comedia romántica co-protagonizada por un ya estelar Gregory Peck.
El film fue todo un éxito y su aristócrata interpretación premiada con el Oscar a la mejor actriz. No cabe decir de que fue la intérprete femenina revelación del año.
En los años 50, Audrey se presentaba como un tipo de belleza muy alejado de las carnosas féminas estilo Jane Russell, Marilyn Monroe o Jayne Mansfield. Su elegancia y apariencia distinguida fueron muy bien aprovechadas en películas de corte romántico de múltiples variantes como Sabrina (1954) de Billy Wilder, Una cara con ángel (1956) de Stanley Donen o Ariane(1957) también dirigida por el gran Wilder. Fue en esa época en la que conoció a Hubert de Givenchy, un apuesto diseñador que trabajaba para Dior. Givenchy se convirtió en su mejor amigo y el ideólogo del «look Audrey», basándose en la figura elegante y sin estridencias de la actriz.
Otros films de los 50 fueron Guerra y Paz (1956) de King Vidor, Mansiones Verdes (1958) de Mel Ferrer e Historia de una monja (1959) de Fred Zinnemann. Por sus actuaciones en Sabrina e Historia de una monja, Audrey volvería a ser nominada al premio Oscar.
En Mansiones Verdes había sido dirigida por Mel Ferrer, actor, productor y director con el que se había casado años atrás, en 1954.
Con Ferrer compartiría protagonismo en dos ocasiones, Guerra y Paz (1956) y en Encuentro en París (1964), una película firmada por Richard Quine. Cuatro años después de finalizar este trabajo se divorciarían.
Títulos como Los que no perdonan (1960) de John Huston, Desayuno con diamantes (1961) de Blake Edwards -por el que volvió a ser nominada al Oscar-, Charada (1963) de Stanley Donen, My Fair Lady (1964) de George Cukor, Como robar un millón y... (1966) de William Wyler, Dos en la carretera (1967) de Donen o Sola en la oscuridad (1967) -última nominación- de Terence Young mostraban tanto su talento interpretativo como el éxito que seguía manteniendo entre la audiencia cinéfila con productos de calidad que compartía al lado de gente tan importante como Burt Lancaster, Cary Grant, Rex Harrison o unos jóvenes George Peppard y Albert Finney.
Tras su divorcio de Ferrer y su boda con el médico Andrea Dotti en enero de 1969 (se divorciarían en 1982), Audrey Hepburn se retiró del cine para ocuparse de sus dos pequeños hijos durante unos años regresando en 1976 con la crepuscular historia sobre Robin Hood desarrollada en Robin y Marian (1976), un film dirigido por Richard Lester y co-protagonizado por Sean Connery.
Sus posteriores apariciones en la pantalla grande se cuentan con los dedos de una mano siendo su último trabajo el compartido con Steven Spielberg en Always (1989), donde daba vida a un ángel (todos han querido ver en ese papel la evocación que se tenía de ella en muchos ambientes) poco antes de ser nombrada embajadora especial de UNICEF.

Sus obras de caridad:
A través de UNICEF, Hepburn dedicó el resto de su vida a ayudar a los niños necesitados en los países más pobres. En UNICEF todavía recuerdan su dedicación y entrega a la causa, que databa desde el año 1955 y que, poco a poco, fue ganando peso en su vida. Cabe destacar su estatua en la sede UNICEF de Nueva York, inaugurada en el año 2000.
Una de las cosas que más destacaron en sus últimos años fue la dedicación, por encima de su salud, a las causas del sida o la malnutrición de los niños en todo el mundo. En 1993, tres meses antes de su muerte y ya desahuciada, Audrey hizo su último viaje a Somalia, un acto que siempre fue muy agradecido por UNICEF y que dignificaba su ya sencilla y humana forma de entender la vida.

Sus matrimonios:
Hepburn estuvo casada en dos ocasiones, la primera con el actor Mel Ferrer, con el que tuvo un hijo, Sean (que actualmente gestiona la fundación Audrey Hepburn Childhood), y la segunda con Andrea Dotti, un médico italiano trece años menor que ella, que le dio su segundo hijo, Lucca. Audrey confesó que el fracaso de estos dos matrimonios la hizo sufrir mucho. En los últimos años estuvo unida al famoso compositor Claudio Jones.

Una estrella que se apaga:
Falleció de cáncer de colon en su casa de Tolchenaz, en Suiza, el 20 de enero de 1993 a los 63 años de edad. Ese mismo día, Elizabeth Taylor dijo que «Dios estaría contento de tener un ángel como Audrey con él».

En el 2007 se subastó un traje que lució la actriz en la película Desayuno con diamantes por un precio de 467.200 libras (unos 700.500 euros) destinando el dinero a un proyecto, impulsado por el escritor Dominique Lapierre, para dos escuelas en Bengala.




Tras exponer todo esto, sólo me queda dedicar este artículo lógicamente a la tristemente desaparecida actriz, y decir: siempre serás querida, Audrey. Más que ningún otro astro en la pantalla.


"I was born with an enormous need for affection, and a terrible need to give it"

miércoles, 5 de septiembre de 2007

El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone








Este no es un comentario sobre una película cualquiera -de hecho, ninguno de los que escribo lo es-. Ésta es una película especial, porque contiene la que para mí es (y, mucha atención) la que probablemente es la mejor escena jamás rodada en la historia del cine.
Se trata de El Bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966, Sergio Leone), que es sin duda la cumbre del Spaghetti Western, al igual que Hasta que llegó su hora es el funeral y el toque de campanas a muerto del western en general -ya que posteriormente sólo se vislumbran algunos toques de genialidad, no por ello menos importantes, como Wild Bunch de Pekinpah, o Sin Perdón de Eastwood-.
Y me apetece comentarlo hoy porque hace poco han surgido dos noticias relacionadas con el tema: en el festival de Venecia de este mismo año, se ha homenajeado a uno de mis géneros favoritos: el Spaghetti western. Por fin se ha hecho justicia. Un género por décadas despreciado oficialmente, pero adorado y venerado por cineastas de todo el mundo y de todas las generaciones, es al fin reconocido como una de las cumbres de la historia del cine.

Sí, señores, esto es justicia histórica. Y es que, independientemente de sus largos periodos de crisis, el cine italiano nos ha regalado periodos maravillosos, como son el neorrealismo de postguerra (por ejemplo, Roma, città aperta de Rossellini), algunos peplum memorables (allí se rodaron gran parte de las escenas de obras como Quo Vadis o Ben-Hur), este mismo Spaghetti Western, y, en los 60's y 70's, el género Giallo, que no es otro sino el mítico terror italiano encabezado por directores como Dario Argento.
La segunda noticia es el incendio acaecido en los míticos (y por mi siempre reverenciados como una de las mecas más importantes del cine mundial) estudios de Cinecittà, lugar clave para entender el cine de Leone, así como otras muchas grandes producciones mundiales. Afortunadamente, el incendio no fue demasiado grave, y fue poca la zona afectada por las llamas.

1.-Ficha:

Título original: Il Buono, il brutto, il cattivo
Año: 1966
Duración: 182
Compañía Productora: Produzioni Europee
Associati (PEA)

Distribuidora: Regia Films Artur
o Gonzalez S.A.
Distribuidora DVD: Filmax Home Video

Género: Acción-Suspense

Reparto: Aldo Giuffrè, Claudio Scarchilli,
Clint Eastwood,Eli Wallach, Enzo Petit
o,
John Bartha, Lee Van Cleef,Luigi Pistilli,
Mario Brega, Rada Rassimov,
Dirección: Sergio Leone,
Productor: Alberto Grimaldi,
Guión: Agenore Incrocci, Furio Scarpelli,
Luciano Vincenzoni, Sergio Leone,

Música: Ennio Morricone,
Fotografía: Tonino Delli Colli,
Montaje: Eugenio Alabiso, Nino Baragli,





2.-Tres tiburones
Mientras La muerte tenía un precio pulverizaba records en el Supercinema de Roma, los directivos de la sede londinense de la United Artists fueron invitados a un pase junto con las tres mil personas que abarrotaban el recinto. El objetivo del productor Alberto Grimaldi, el guionista Luciano Vincenzoni y de Sergio Leone era vender los derechos de la distribución del film en el extranjero. Finalmente, llegaron a un acuerdo por el que obtuvieron un millón de dólares. En la misma reunión, al ser cuestionado acerca del próximo proyecto del trío, Vincenzoni improvisó: "Es un film acerca de tres bribones en busca de un tesoro en la época de la guerra civil americana". Los ejecutivos de la United Artists preguntaron qué presupuesto necesitaban para el film. Dándose la vuelta, Vincenzoni le preguntó a Grimaldi en italiano y éste contestó "Ochocientos mil dólares". Vincenzoni, en inglés, dijo a los ejecutivos de la United Artists "un millón de dólares", cifra que fue aceptada. El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo) terminó costando un millón trescientos mil dólares, aunque su distribución internacional ya casi garantizaba dicha cantidad.
Tras el fallido intento de colaboración con el dúo de guionistas conocido como Age-Scarpelli, la historia, que fue escrita por Vincenzoni y Leone (de nuevo con la participación no acreditada de Sergio Donati), estaba protagonizada por tres hombres.

3-Sinopsis:

El bueno (Clint Eastwood) alias "Blondy" ("Rubio"), el malo (Lee Van Cleef) alias "Angel Eyes" ("Ojos de ángel; Sentencia") y el feo (Elli Wallach) alias "Tuco", y cuyo nombre completo es Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez, son respectivamente, un cazarecompensas, un asesino a sueldo que luego deviene en sargento inescrupuloso del norte, y un ladrón. Se ubican en un ambiente del viejo oeste durante la Guerra de Secesión Norteamericana.

El bueno y el feo tienen un trato. El bueno vende al feo para cobrar la recompensa, le rescata de la horca en el último momento, y se reparten el botín. Pero el bueno decide acabar con el negocio, pero falla en su intento, y el Feo se venga de él.

El feo lleva a El bueno a morir al desierto, así se cruzan con una diligencia del Ejército del Sur en la cual un soldado moribundo entrega la localización de un tesoro en monedas de oro (200.000 dólares enterrados en una tumba) a cambio de agua, pero resulta que muere sin que ninguno de los dos tenga la información completa: a El feo le dijo el nombre del cementerio Sad Hill (Loma Triste), y a El bueno le dijo el nombre sobre la cruz en una tumba: Arch Stanton.

Así -aunque peleados y cada uno con la mitad del secreto- se vuelven a asociar y emprenden rumbo al cementerio por la esperanza del oro. En el camino, suceden varias complicaciones, incluido un encuentro con el Malo del que parece logran escapar, y finalmente un duelo en triángulo en el círculo central empredrado del cementerio -sin precedentes hasta entonces en la historia del género- y que culminará entre el frenesí y la delirante música de Ennio Morricone con el tema llamado El Trío.

3.-El Reparto:

Para los tres personajes principales, Sergio Leone decidió mantenerse fiel a las anteriores partes de la Trilogía del Dólar.

-EL BUENO:

Para El Bueno, eligió a Clint Eastwood, con quien trabajó por primera vez en Por un puñado de dólares (Pugno di dollari, 1963, Sergio Leone), cuando el actor sólo había hecho algunos trabajos para la televisión norteamericana. Se trataba también de la película que supuso el bombazo en taquilla, e inició el Spaghetti Western. Posteriormente, volvieron a colaborar en la segunda parte de la trilogía, La muerte tenía un precio( Per qualche dollaro in più, 1965, Sergio Leone), en la que volvía a hacer de bueno (aunque el argumento no tenga relación entre las diferentes partes de la trilogía).
Finalmente, Eastwood fue también contratado para hacer de bueno en esta tercera parte de la trilogía. Posteriormente, Eastwood se convirtió en uno de los más importantes e influyentes actores de Hoollywood, con films tan destacados como El desafío de las águilas (Where Eagles Dare, 1968, Brian G. Hutton), o la saga de Harry el Sucio -Harry el sucio (Dirty Harry, 1971, Don Siegel), Harry el fuerte (Magnum Force, 1973, Ted Post), Harry el ejecutor (The enforcer, 1976, James Fargo), Impacto súbito (Sudden Impact, 1983, Clint Eastwood) y La lista negra (In the Death Pool, 1988, Buddy Van Horn)-, por citar sólo dos de sus papeles más importantes.
Eastwood también se ha atrevido con la dirección, rodando películas como el jinete pálido (Pale Rider, 1985), El Sargento de hierro (Heartbreak Ridge, 1986), Sin perdón(Unforgiven, 1992), los puentes de Madison (The bridges of Madison County, 1995), Mystic River (2003, nominado a mejor director en los Oscar), o Million Dollar Baby (2004, con la que consiguió los Oscars a Mejor Director y Mejor película, entre otros premios y nominaciones).

-EL FEO

Para el papel de El Feo, Leone contrató a Elli Wallach. Dentro de su vasta carrera, que abarca más de medio siglo vigente como actor, se pueden mencionar las películas Los Siete Magníficos (The Magnificent Seven, 1960, John Sturges), Lord Jim (1965, Richard Brooks), El Padrino III (The Godfather, Part III, 1990, Francis Ford Coppola) y Mystic River (2003, Clint Eastwood). Su personaje más recordado es el granuja Tucco, el Feo de El bueno, el feo y el malo (Il Buono, il Brutto, il Cattivo, 1966, Sergio Leone).

-EL MALO

Lee Van Cleef se convirtió en actor después de servir en el ejército durante la II Guerra MUndial, y de una breve carrera como contable. Su primera película fue un clásico del oeste, Solo ante el peligro (High Noon, 1962, Fred Zinnermann), en la cual interpretaba a un villano. Aparece también como villano en el clásico de John Ford, El hombre que mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, 1962, John Ford), pero a mediados de los años 60, estaba retirado de la actuación y se ganaba la vida como pintor de poca monta, hasta que un día Sergio Leone lo rescató para sus Spaghetti Westerns. Inicialmente reacio a abandonar Nueva York para trasladarse a Europa a rodar, puesto que por aquel entonces tenía que terminar de entregar un cuadro por valor de 30 dólares, sus reticencias rápidamente se disiparon al oír que su sueldo s ería de 50.000 dólares.
Tras la Trilogía del dolar (apareción e la segunda y la tercera entrega), protagonizó diversos westerns y películas de acción, en los que casi siempre interpretaba un papel similar al que interpretó en La Trilogía del Dólar.
Lee Van Cleef murió en 1989 y fue enterrado en Los Ángeles.

4.-El Compositor
La música de la película corrió a cargo del compositor habitual de Leone, el genial Ennio Morricone, probablemente el mejor compositor de la historia del cine.
Morricone compone y conduce varias piezas míticas: la famosísima pieza con la que comienza el film, inspirado por el aullido de un coyote mientras los geniales títulos de cr édito te transportan a otra época; la tensa y bellísima pieza de guitarra Il Tramonto, que ilustra algunas de las escenas de El Malo, y que Quentin Tarantino recuperó para su Kill Bill; o la colosal y épica l'estasi dell'oro, que da ritmo a la carrera de Tucco por el cementerio...
Probablemente, una de las mejores bandas sonoras que se han compuesto, gracias de nuevo al eterno Maestro y Genio que es Morricone.


5.-IL TRIELLO


Me apetece hablar especialmente de la escena final de la película. Como ya he mencionado, para mi es probablemente la mejor escena de la historia del cine. Aquella en que la unión de ritmo narrativo irreal, pulso tenso, planos, música, miradas, interpretaciones... TODO encaja a la perfección, alcanzando el nivel más alto de la historia.

Los veinte minutos finales son lo mejor de El bueno, el feo y el malo. Una vez superado el obstáculo del puente, Tuco es el primero en llegar al cementerio. Rubio le ha dicho que la tumba en la que está el dinero lleva el nombre de Arch Stanton. Así pues, Leone filma l'estasi dell'oro (como llama acertadamente Morricone al tema musical de esta secuencia, con la voz de la soprano Edda Dell'Orso) con teleobjetivos que siguen desde la distancia los movimientos circulares de Tuco en b úsqueda de la tumba.

Hasta ese momento, este manierismo en la puesta en escena es lo más arriesgado que había hecho el director. Cuando encuentra la tumba, la abre y resulta que allí no hay dinero. Evidentemente, Rubio no iba a fiarse de él y el dinero se halla en otra. Justo en ese momento aparece Sentencia y el triello (que no duello) se hace inevitable. Rubio escribe el nombre de la tumba verdadera en un trozo de piedra y el ganador se quedará con el dinero.

Esta última parte del film fue también la más trabajada por Ennio Morricone, que llevó su colaboración con Leone hasta el extremo de componer los temas correspondientes antes que las secuencias fueran filmadas. De esta manera, los planos fueron rodados y montados con dicho acompañamiento musical en mente y no al revés, como es habitual.
Para el nuevo enfrentamiento en la arena Morricone escribió una variación del degüello de La muerte tenía un precio, incluyendo la guitarra y la trompeta de mariachi. Al igual que en el anterior film, la resolución tiene lugar tras un interminable intercambio de miradas y
amagos de coger el revólver. Aún sin la frase de "Indio" "cuando acabe la música, coge el revólver y dispara si puedes", los personajes esperan al fin de la misma para disparar. Lógicamente gana "El bueno" al alcanzar a "El malo".

El carácter absurdo de Tuco queda puesto de manifiesto una vez más; Rubio le había descargado la pistola la noche anterior y éste no se había enterado. "El Feo" ha quedado relegado a la segunda categoría: "los que cavan".
Rubio, finalmente, no había escrito nada en la piedra: "Carson únicamente dijo la tumba sin nombre junto a la de Stanton". Aunque hace creer a Tuco que lo va a matar (colgándole de una soga), finalmente lo libera y deja que se lleve la mitad del dinero.


[Quiero agradecer a www.zonadvd.com por el estupendo análisis que hacen de esta película, y de su escena final. Ha sido de gran utilidad.]