
Se trata de una película con un argumento de lo más original y rebuscado: Elvis Presley (Bruce Campbell), el Rey del Rock, está vivo. Es un anciano con una infección en el prepucio, que vive confinado en una residencia en el este de Texas. Cuando dice que él es Elvis, nadie le cree, porque todo el mundo
piensa que El Rey murió en 1977. Sin embargo, el que murió fue un imitador, Sebastian Haff, con el que el verdadero Elvis intercambió la identidad, cansado de la fama. Elvis vivió desde entonces como imitador de sí mismo.
En la residencia, se encuentra, ni más ni menos, que con JFK (Ossie Davis), que ahor
a es negro, ya que el servicio secreto sustituyó un trocito de su cerebro por un saquito de arena, y le tiñó de ese color.
"Hacía dos campañas electorales que no se me ponía así de dura"

En la residencia, se encuentra, ni más ni menos, que con JFK (Ossie Davis), que ahor

En esto, comienza una serie de asesinatos en la residencia. La culpable es una momia egipcia que se extravió durante su traslado de un museo a otro. Esta momia está absorviendo almas, y se manifiesta siempre de noche, precedida de algunos cortes en el suministro eléctrico y de unos escarabajos "grandes como emparedados".
Ahora JFK y Elvis están sólos ante la momia, y son la única esperanza de los habitantes de la residencia...
Ahora JFK y Elvis están sólos ante la momia, y son la única esperanza de los habitantes de la residencia...
Dentro de que la película no es gran cosa -de hecho, es bastante torpe, Don Coscarelli-, tiene ese gusto de serie B cutre-guay que tanto me gusta. Y que es original nadie se lo quita.
Lo mejor de la función: sin lugar a dudas, Bruce Campbell, actor de culto célebre por la saga Evil Dead, de Sam Raimi, y que demuestra que es una auténtica estrella de la serie B.
Lo mejor de la función: sin lugar a dudas, Bruce Campbell, actor de culto célebre por la saga Evil Dead, de Sam Raimi, y que demuestra que es una auténtica estrella de la serie B.

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