lunes, 19 de noviembre de 2007

Faster, Pussycat, Kill! Kill!, de Russ Meyer



Dando comienzo a este ciclo sobre películas en las que la cámara va a bordo de un coche hacia el encuentro con el destino, la muerte o el mismísimo infierno.
La primera de la lista es Faster, Pussycat, Kill! Kill! (1966)del padrino del Sexploitation, el gran Russ Meyer, que en este film da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales.
Y es que esta película es precisamente eso: Escotes de mujeres con grandes -muy grandes- pechos, coches, velocidad y dobles sentidos, siempre obscenos. ¿Divetido, no?
Esta película es como una especie de sueño para un tío. Para las chicas puede que sea algo diferente. Las mujeres de Meyer son muy sexys y promiscuas, pero también son fuertes -supermujeres- y crueles. Se le podría dar un enfoque casi feminista y decir que esas gatitas son un alegato sobre el verdadero poder de la mujer, el matriarcado, y blah blah blah. Pero quienes la hayan visto sabrán que la peli va sobre tetas. Y no estoy diciendo que eso sea malo, es divertida como el inierno.

Argumento:
La película nos cuenta la historia de Varla, Rosie y Billie, interpretadas respectivamente por Tura Santana, Haji y Lori Williams, que son tres go-gós de una discoteca donde reciben los gritos lascivos de los clientes del local. Cuando su dura jornada -nocturna- de trabajo concluye, van al desierto con sus potentes coches para meterse en algunos líos. Y es que no son precisamente la tímida chica a la que podríamos estar acostumbrados en el cine de la época -la película es del 66-, sino que son una especie de mutación superdesarrollada -sobre todo sus glándulas- y retorcidas de la mujer que retrataba el gran Howard Hawks. Son un grupo de verdaderas zorras del infierno.
El reparto lo completan Stuart Lancaster, Susan Bernard y Ray Barlow.
Prefiero no desvelar nada más de la trama porque es una película que cada cual ha de experimentar por sí mismo, sin prejuicios ni ideas preconcebidas. Se debe comenzar con ella con el cuentakilómetros a cero.

Detalles:
Respecto a la parte ténica de la película, resulta brillante la composición de los planos y la calidad de la fotografía -en blanco y negro-. Y es que es una película en la que se ve la mano de un director realmente inteligente y con mucho talento -tal vez incomprendido y discriminado por el género al que se consagró- como es Russ Meyer.
En la película Death Proof podéis encontrar multitud de referencias a esta película -composiciones de planos y demás-, pero el homenaje más obvio es la camiseta que lleva una de las chicas, en la que se puede ver la figura de Tura Santana como Varla. Además se nota bastante la influencia de Meyer -una más en el haber del director cinéfilo por excelencia- y de esta película en concreto, en practicamente toda su filmografía.

John Waters, el director de Pink Flamingos, dijo de esta película que "[...]es, sin duda alguna, la mejor película jamás filmada. Incluso puede ser mejor que cualquiera que se haga en el futuro... las malvadas Pussycats de Meyer se han convertido en un modelo para todos los personajes de mis películas".

Queda comenada la primera de la saga de películas sobre coches que he decidido comentar mientras aprendo a conducir.

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