martes, 20 de noviembre de 2007

Vanishing Point, de Richard C. Sarafian


O Punto Límite: Cero, por estos lares. Esta sí que la descubrí gracias a Tarantino y su genial Death Proof, refrito de grades giallos, slashers y pelis de coches como la que nos ocupa en estos momentos. Y por descubrirme esta le estoy especialmente agradecido, pues se trata de mi Road Movie favorita actualmente. Es inigualable.
Esta película es como una especie de Easy Rider pero con coches en lugar de motos, y a mí personalmente me gusta hasta más.
El argumento -según tengo entendido, de Cabrera Infante- aunque sencillo, es genial. Kowalski, un ex-piloto de carreras, ex-policía y demás "ex" se marca una meta: conducir desde Denver hasta San Francisco -Cisco para los amigos- al volante de su Dodge Challenger blanco del 70 en menos de quince horas. Hace una especie de apuesta con el tipo que le vende anfetaminas, pero no creo que se muestren las verdaderas motivaciones de Kowalski -o al menos yo no las ví-. Realmente lo que le mueve es el hastío, las ganas de conseguir algo, de ganar por una vez en la vida.
Para conseguirlo burlará a la policía de varios Estados, cruzará e Valle de La Muerte a toda velocidad, y se topará con personajes de lo màs extravagantes: un viejo cazador de serpientes, una comuna religiosa en medio del desierto, un hippie y su novia la motorista nudista... Toda una gozada de película, señores.
Además hay que mencionar a Super Soul, un locutor radiofónico negro y ciego que guiará a Kowalski a lo largo de su camino. "El ciego que guía al ciego".
No me gustaría desvelar nada más, porque es demasiado genial como para verla con partes del argumento destripadas. Eso sí, el final es absolutamente maravilloso.
El actor que hace de Kowalski, Barry Newman, está sencillamente genial. El papel le queda como hecho a medida, no se me ocurre nadie más famoso que pudiera quedar mejor para el papel.
La dirección es genial, con carreras trepidantes realmente bien rodadas -no como las que tienden a rodarse hoy día, que son puro artificio-, la fotografía es puramente setentera -cosa que me encanta- y la banda sonora es una de las primeras en incluir música rock.
Sólo queda decir Gracias a Dios por el oportunimo de la industria del DVD en España, ya que parece que editan sistemáticamente cualquier película que Tarantino mencione en sus obras -cosa ue yo agradezco, porque muchas me pican la curiosidad, y acaban convirtiéndose en algunas de mis favoritas, como esta-.

Conclusión: hay que verla. Es una película necesaria. Por lo menos a mí me encantó.

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