jueves, 22 de noviembre de 2007

Nueva York bajo el terror de los Zombies, de Lucio Fulci



Y llegamos a la primera obra de Fulci sobre zombies. Esto es especialmente importante ya que Fulci es conocido como el padre de los speghetti zombies, películas de temática zombie hechas en Italia -también es conocido como el "padrino del gore"-.
Se trata de una secuela apócrifa de la mítica Dawn of the Dead (1978), del genio George A. Romero. Realmente el guión de la película fue escrito antes de que se estrenara el film de Romero en Italia -promocionado en Europa por Dario Argento, que lo dotó de la banda sonora de Goblin, así como del título Zombie-. En Italia, el título original de la película de Fulci fue Zombi 2, evitando posibles problemas legales con la omisión de la "e". Ambas películas no tienen demasiada relación, salvo por tratar la temática de la épica zombie -un grupo de personas aisladas y acorraladas por los muertos vivientes-, y las secuencias del comienzo y del final -las de Nueva York- fueron incluídas tras el éxito de la película de Romero, de cuyo éxito se sirvieron multitud de películas italianas, empezando por la que comento en estos momentos.


Nueva York bajo el terror de los Zombies (1979), o Zombie en USA, es una película que contiente casi todos los tópicos de las películas de zombies de Romero. Un grupo de personas se ven acorraladas por los zombies en algún lugar aislado; muertos que se levantan de sus tumbas; mordiscos; personas que se convierten en zombies... También comparte elementos del cine clásico de terror -hagamos referencia a I walked with a Zombie (1943, Jacques Tourneur)- como el científico involucrado en la resurrección de los difuntos. Sin embargo todo esto está pasado por la peculiar cámara de Fulci. Esto es: ambientes malsanos y húmedos, feísmo estético, sangre y violencia por doquier... El cóctel resultante es una de mis películas de zombies favoritas.
Desde luego no se puede esperar gran cosa de las interpretaciones, que son correctas y punto. Lo más importante reside en la forma en que se cuenta la historia -una escalada lenta de tensión tras un prólogo brillante, y un final apoteósico-, en los efectos especiales -bizarrísimos y algunas veces bastante realistas para la época-, y en la estética de los ambientes.
Desde luego, queda recomendada como una de las piezas clave de la historia de este subgénero Qque es el cine de zombies.

El más allá, de Lucio Fulci


Parece que he decidido hacer un mini-ciclo Fulci en medio del ciclo "Diablos sobre ruedas, Gatitas al volante". Y es que este director italiano lo merece -senota bastante lo mucho que me gusta el cine italiano de género-. Es un director controvertido como pocos, puedes adorarle u odiarle, dudo mucho que haya un término medio.
Ya he comentado Lo Squartatore di New York (1982), conocida -poco- en España como El destripador de Nueva York, y he hablado de lo mucho que me ha gustdo.
L'aldilà-E tu vivrai nel terrore es el título original de la película que me ocupa ahora mismo. Fue estrenada en 1981, y en España fue renombrada como El más allá -en inglés, The Beyond-, y pertenece a la faceta más "fantástica" de Fulci. No es una simple películade zombies -como Nueva York bajo el terror de los zombi, que me encanta-, sino que entra dentro de un universo má Lovecraftiano.

La sinopsis es básicamente esta (contiene spoilers): Liza acaba de heredar un hotel donde cincuenta años atrás encontrarton a un puintor crucificado en la pared. Contrata a Marta, y su hijo Joe, dos raros persnajes que mueren en extrañas circustancias. Liza se irá dando cuenta de que algo raro está pasando en el edificio. Escucha ruios y un timbe de vez en cuando se activa precisamente e la habtación 36, donde fue crucificado el pintor. El hotel está construído sobre una de las siete puertas del infierno sobre las que habla la profecía de Eibon.

Es considerada como la obra maestra de Lucio Fulci. No es mi favorita del director pero es muy buena. He de confesar que la primera vez que la ví no terminó de gustarme. Gore desordenado, a veces bastante cutre -para lo que estamos acostumbrados hoy en día-y cierta dejadez en el guión. La segunda vez me encantó, porque vi que Fulci no pretendía contar una historia, sino transmitir sensaciones.
La anécdota tarantiniana relativa a esta película es que el director estadounidense reestrenó -creo que en 1997- esta película.
Recientemente ha sido reeditada en DVD.

martes, 20 de noviembre de 2007

El Destripador de Nueva York, de Lucio Fulci


Parada obligatoria en esta película. Viva Lucio Fulci. Es o único que se me ocurre decir tras verla por segunda vez.
Es una auténtica oda a la irreverencia y a la brutalidad. Sexo desmedido, violencia muy explícita y el Pato Donald como asesino. ES NECESARIA.
La película, de 1982, peca -lo que para mi es una virtud- de los típicos excesos del cine de su autor. En este caso destacan mujeres sensuales bastante promiscuas, escenas de violencia bastante dolorosa hasta para el espectador -ese pezón y esa cuchilla de afeitar... ufff-, y una narrativa exuberante y a veces excesiva -aunque a mi me parece bastante estilizada y me gusta-.
La trama nos lleva a Nueva York donde comienzan a aparecer cadáveres de jovencitas horriblemente mutilados. El inspector encargado del caso recibe llamadas del asesino, que pone la voz del Pato Donald... el inspector consulta a un profesor de psiquiatría y comienza el desfile de sospechosos típicos del giallo, donde todo el mundo podría ser el culpable.
No desvelo nada más. Simplemente queda recomendada al 100% para los amantes del gre -aunque esta entra casi dentro del erótico-gore-.
Por desgracia siempre le cojo el gusto a ciertos directores una vez han muerto. Fulci falleció en 1996, a causa de la diabetes. Entra dentro de ese grupo de directores -como Leone o Kubrick- con los que me hubiera encantado llegar a conversar en vida. Habrá que esperar a estar en L'aldilà para hacerlo -chiste cutre cinéfilo-.
Como anécdota, diré que en una ocasión Quentin Tarantino -qué recurrene es en mi cinefilia este director- confesó a la hija de Fulci haber visto 30 veces El Destripador de Nueva York. Cuando su hija se lo contó al director italiano, éste, reconocido fan de Reservoir Dogs, aconsejó a su hija "casarse con ese individuo inmediatamente".
Ahí queda eso.

Giallos

Hago un pequeño alto en la maratón de películas con persecuciones trepidantes de coches para comentar un par de películas de ese género que tanto me gusta: EL GIALLO. "Giallo" significa literalmente "amarillo" en italiano, país de donde es originaro el género.
¿Y qué es un giallo? Pues no es más que lo que podríamos llamar un spaghetti Thriller, la versión italiana enloquecida y desquiciada de los thrillers norteamericanos -por ejemplo, las pelis de Hitchcock-. La principal diferencia es la escasez de tapujos en lo que a violencia explícita se refiere -he aquí una de las principales fuentes de las splatters- la descarada sexualidad de las protagonistas -a veces próxima al destape español- y la fuerte estilización -elemento compartido por casi todo el cine italiano "de género", no hay más que ver mis adorados spaghetti western-.
El retrato robot del asesino prototípico del giallo es básicamente una persona enfundada en una gabardina, con guantes de cuero negros, y que porta un pasamontañas o un sombrero que le oculta la cara. Suelen usar armas blancas -cuchillas de afeitar, navajas, sierras...- pero pueden cometer asesinatos de lo más ocurrentes con casi cualquier cosa -véase la bañera de agua caliente de Rojo oscuro, de Dario Argento-.
Algunos de los autores más destacados son:
-Mario Bava: el "creador" del género. O al menos el mas importante de los primeros que dieron su visión a la italiana de los thrillers americanos. Destaca cómo impuso las normas estéticas del género: la estilización de los planos, la plasticidad de los colores, muy vivos... Obras suyas son La máscara del Demonio (1960) , Diabolik (1968), Seis mujeres para el asesino (1964) o Bahía de sangre (1971).
-Dario Argento: el director que dio fama internacional al género. Discípulo de Bava, debutó con la genial El pájaro del plumaje de cristal (1970). Este auto destaca por su persnal manera de dirigir, caracterizada por ciertos planos "firma" (como alguien asomándose a un cristal, las manos del asesino en primer plano...) y por sus personajes plenamente funcionales. Otras obras suyas en el género son El gato de las nueve colas (1971), Cuatro moscas sobre terciopelo gris (1971) -con la que cierra su "trilogía de los animales"-, Rojo oscuro (1975) o Tenebrae (1982). También es importante destacar otras obras de Argento englobadas dentro del género fantástico, como Suspiria (1977), Inferno (1980) o Phenomena (1985). Últimamente ha participado en la serie Masters of Horror, con uno de los capítulos más terroríficos, a mi juicio: Jennifer. Además a día de hoy está por estrenarse la tercera parte de su trilogría sobre las madres: la Terza Madre (precedida por Suspiria e Inferno). A mi personalmente me encanta el trabajo de este director.
-Sergio Martino: tal vez no sea especialmente destacable dentro del género en sí, pero suyo es mi giallo favorito (o uno de los tres favoritos): Torso, violencia carnal (1973). Su cine es aún más violento que el de Argento -o al menos más brutal-, y tiene un contenido sexual más descarado.
-Lucio Fulci: el padre del Spaghetti Zombie. Sin embargo le meto en este grupo por una película fundamentalmente -la única suya dentro del giallo que he visto hasta la fecha-: El destripador de Nueva York (1982). Me ustaría dedicarle un monográfico a esta película más adelante -porque creo que la voy a ver bastantes veces-. pero el único adjetivo que le encaja es el de bizarrada. Y eso me encanta. Fulci es un director plenamente excesivo, cualidad por la cual puedes adorarle -como hago yo- u odiarle -como hace mucha gente. También destacan en su filmografía son Zombie 2: Nueva York bajo el terror de los zombies (1979), Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (1980), Aquella casa al lado del cementerio (1981), o El más allá (1981). Esta última me encanta.
Por último, creo que merece una mención especial Ennio Morricone con el que tal vez sea uno de sus trabajos más olvidados o desconocidos: las bandas sonoras de la trilogía inicial de Dario Argento -arriba mencionadas-, la llamada "trilogía de los animales". Quentin Tarantino rescató algunos de estos temas para su Death Proof.

Vanishing Point, de Richard C. Sarafian


O Punto Límite: Cero, por estos lares. Esta sí que la descubrí gracias a Tarantino y su genial Death Proof, refrito de grades giallos, slashers y pelis de coches como la que nos ocupa en estos momentos. Y por descubrirme esta le estoy especialmente agradecido, pues se trata de mi Road Movie favorita actualmente. Es inigualable.
Esta película es como una especie de Easy Rider pero con coches en lugar de motos, y a mí personalmente me gusta hasta más.
El argumento -según tengo entendido, de Cabrera Infante- aunque sencillo, es genial. Kowalski, un ex-piloto de carreras, ex-policía y demás "ex" se marca una meta: conducir desde Denver hasta San Francisco -Cisco para los amigos- al volante de su Dodge Challenger blanco del 70 en menos de quince horas. Hace una especie de apuesta con el tipo que le vende anfetaminas, pero no creo que se muestren las verdaderas motivaciones de Kowalski -o al menos yo no las ví-. Realmente lo que le mueve es el hastío, las ganas de conseguir algo, de ganar por una vez en la vida.
Para conseguirlo burlará a la policía de varios Estados, cruzará e Valle de La Muerte a toda velocidad, y se topará con personajes de lo màs extravagantes: un viejo cazador de serpientes, una comuna religiosa en medio del desierto, un hippie y su novia la motorista nudista... Toda una gozada de película, señores.
Además hay que mencionar a Super Soul, un locutor radiofónico negro y ciego que guiará a Kowalski a lo largo de su camino. "El ciego que guía al ciego".
No me gustaría desvelar nada más, porque es demasiado genial como para verla con partes del argumento destripadas. Eso sí, el final es absolutamente maravilloso.
El actor que hace de Kowalski, Barry Newman, está sencillamente genial. El papel le queda como hecho a medida, no se me ocurre nadie más famoso que pudiera quedar mejor para el papel.
La dirección es genial, con carreras trepidantes realmente bien rodadas -no como las que tienden a rodarse hoy día, que son puro artificio-, la fotografía es puramente setentera -cosa que me encanta- y la banda sonora es una de las primeras en incluir música rock.
Sólo queda decir Gracias a Dios por el oportunimo de la industria del DVD en España, ya que parece que editan sistemáticamente cualquier película que Tarantino mencione en sus obras -cosa ue yo agradezco, porque muchas me pican la curiosidad, y acaban convirtiéndose en algunas de mis favoritas, como esta-.

Conclusión: hay que verla. Es una película necesaria. Por lo menos a mí me encantó.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Faster, Pussycat, Kill! Kill!, de Russ Meyer



Dando comienzo a este ciclo sobre películas en las que la cámara va a bordo de un coche hacia el encuentro con el destino, la muerte o el mismísimo infierno.
La primera de la lista es Faster, Pussycat, Kill! Kill! (1966)del padrino del Sexploitation, el gran Russ Meyer, que en este film da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales.
Y es que esta película es precisamente eso: Escotes de mujeres con grandes -muy grandes- pechos, coches, velocidad y dobles sentidos, siempre obscenos. ¿Divetido, no?
Esta película es como una especie de sueño para un tío. Para las chicas puede que sea algo diferente. Las mujeres de Meyer son muy sexys y promiscuas, pero también son fuertes -supermujeres- y crueles. Se le podría dar un enfoque casi feminista y decir que esas gatitas son un alegato sobre el verdadero poder de la mujer, el matriarcado, y blah blah blah. Pero quienes la hayan visto sabrán que la peli va sobre tetas. Y no estoy diciendo que eso sea malo, es divertida como el inierno.

Argumento:
La película nos cuenta la historia de Varla, Rosie y Billie, interpretadas respectivamente por Tura Santana, Haji y Lori Williams, que son tres go-gós de una discoteca donde reciben los gritos lascivos de los clientes del local. Cuando su dura jornada -nocturna- de trabajo concluye, van al desierto con sus potentes coches para meterse en algunos líos. Y es que no son precisamente la tímida chica a la que podríamos estar acostumbrados en el cine de la época -la película es del 66-, sino que son una especie de mutación superdesarrollada -sobre todo sus glándulas- y retorcidas de la mujer que retrataba el gran Howard Hawks. Son un grupo de verdaderas zorras del infierno.
El reparto lo completan Stuart Lancaster, Susan Bernard y Ray Barlow.
Prefiero no desvelar nada más de la trama porque es una película que cada cual ha de experimentar por sí mismo, sin prejuicios ni ideas preconcebidas. Se debe comenzar con ella con el cuentakilómetros a cero.

Detalles:
Respecto a la parte ténica de la película, resulta brillante la composición de los planos y la calidad de la fotografía -en blanco y negro-. Y es que es una película en la que se ve la mano de un director realmente inteligente y con mucho talento -tal vez incomprendido y discriminado por el género al que se consagró- como es Russ Meyer.
En la película Death Proof podéis encontrar multitud de referencias a esta película -composiciones de planos y demás-, pero el homenaje más obvio es la camiseta que lleva una de las chicas, en la que se puede ver la figura de Tura Santana como Varla. Además se nota bastante la influencia de Meyer -una más en el haber del director cinéfilo por excelencia- y de esta película en concreto, en practicamente toda su filmografía.

John Waters, el director de Pink Flamingos, dijo de esta película que "[...]es, sin duda alguna, la mejor película jamás filmada. Incluso puede ser mejor que cualquiera que se haga en el futuro... las malvadas Pussycats de Meyer se han convertido en un modelo para todos los personajes de mis películas".

Queda comenada la primera de la saga de películas sobre coches que he decidido comentar mientras aprendo a conducir.

domingo, 18 de noviembre de 2007

CICLO: Diablos sobre ruedas, Gatitas al volante

Últimamente me ha dado porel cine de coches, así que declaro abierto un pequeño monográfico sobre películas de coches, road movies, y demás. He llegado a este punto debido a dos factores fundamentales: el hecho de que este verano se estrenase Death Proof -que, como a todo fan de Tarantino, me encantó hasta decir "Dios, lo ha vuelto a hacer"- y el estar sacándome el carnet de conducir y estar ya con el práctico. Si unimos los dos factores -Tarantino y vida real- tendremos una locura pasajera por las peliculas sobre coches. Tarantino encendió la chispa de este gusto y el coche hizo el resto. Eso no quiere decir que me hayan dejado de gustar los westerns o las pelis de artes marciales. Simplemente añado otro género al saco.
El ciclo Estará formado por las siguientes películas:
Faster, Pussycat, Kill! Kill!, de Russ Meyer.
Punto límite: Cero (Vanishing Point), de Richard C. Sarafian.

El diablo sobre ruedas, de Steven Spielberg.

La huída, de Sam Peckinpah.
Eso sí, no me gustaría que se pensara "bah, las ha visto sólo porque a Tarantino le gustan". Ni de coña. Algunas de ellas las he descubierto gracias a él. Otras ya las conocía y me decidió a verlas. Y otras ya me encantaban antes.

Quedan todos invitados, pues, a la carrera.