- Ficha:
- Director: Sergio Leone.
- Guión : Leonardo Benvenuti, Piero De Bernardi, Enrico Medioli, Franco Arcalli, Franco Ferrini, Sergio Leone basado en la novela "The Hoods" de Harry Grey
- Diálogos adicionales : Stuart Kaminsky
- Fotografía : Tonino Delli Colli
- Música compuesta y dirigida por : Ennio Morricone
- Montaje : Nino Baragli
- Ingeniero de Sonido : Jean Pierre Ruhu
- Dirección artística : Carlo Simi
- Producción : Arnon Milchan
- Productora : The Ladd Company
1.-La larga, larga preproducción de una obra maestra:
Para hablar sobre esta película no se puede empezar de otra manera que contando la larguísima pre-producción que llevó a cabo el genial director romano. Desde algo antes de empezar a rodar el que sería el broche de oro de su Trilogía del dólar (Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo), Leone estaba enamorado de una historia: la de la novela The Hoods, de Harry Grey. El director tenía claro que quería hacer un film sobre esa historia, pero no lograba conseguir los derechos para la adaptación.
Terminó de rodar El bueno, el feo y el malo, y conoció a Grey, que finalmente le vendió los derechos (era un declarado fan de los western de Leone). Pero cuando Leone desembarcó en América, ya con un nombre hecho entre los directores no americanos más importantes del momento, los productores no querían que hiciera una película sobre gánsteres judíos. Querían otro western. Leone estaba ya cansado del género, y aunque amase profundamente ese tipo de historias, creía que era ya la hora de cambiar de registro. Con la promesa de que después de esta película, podría rodar lo que deseara, reunió un genial equipo de guionistas (Bertolucci, Dario Argento, y él mismo, entre otros), que llevaron a cabo el que habría de ser uno de los mejores western jamás rodados, Hasta que llegó su hora (Once upon a time in the west), con Claudia Cardinale, Charles Bronson y Henry Fonda.
Pero las cosas no iban a ser tan fáciles... el largo proceso de escritura del guión de lo que sería Érase una vez en América (se dice que el más largo de la historia del cine), así como las presiones de las productoras, obligaron a Leone a rodar otra película más, antes de su ansiada C'era una volta in America. Tuvo que dirigir Agáchate, maldito (Giu la testa), sobre la revolución mexicana. Así, Leone llegó a considerar esta etapa como una nueva trilogía, sobre las distintas froteras en la historia de América: Hasta que llegó su hora, sobre la construcción del ferrocarril; Agáchate, maldito, sobre la revolución al sur de la frontera; y Érase una vez en América, sobre la etapa de la ley seca.
Finalmente, tras 14 años de preproducción (durante los cuales, se dice que Leone ya tenía la película rodada en mente de tal manera que decía a los guionistas cuántas palabras poner en boca de cada personaje, según el número de pasos que iban a dar), Leone se enfrentó a la que sería su obra maestra, si es que se puede destacar alguna obra dentro de la excelente (y breve) filmografía del genio italiano. Durante la etapa anterior, Leone ya había preparado la mayor parte de la banda sonora junto a su inseparable, y siempre infalible, Ennio Morricone.
2.-Érase una vez, en América...
David Aaronson "Noodles", un pobre chaval judío, conoce en los suburbios de Manhattan de principio del siglo XX a Maximilian Bercovicz "Max", otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Entablan una gran amistad y forman, con los 3 colegas de "Noodles", Patrick Goldberg "Patsy", Philip Stein "Cockeye", y Dominic una banda que prospera rápidamente. Sin embargo, la verdadera ambición de Noodles es Deborah, el amor de su vida. Es una chica, hermana de Fat Moe (el chico del bar), que se prepara como actriz y bailarina en la parte trasera del negocio familiar. Desgraciadamente, la banda es perseguida por Bugsy, el tipo para el que Noodles y sus amigos trabajaban anteriormente, y en uno de sus asaltos, mata a Dominic. Rápidamente Noodles se tira encima suyo y le mata, por lo que pasará 12 años en prisión. Cuando Noodles sale de prisión le recibe Max, que sigue con su banda junto a los otros 2 amigos, Patsy y Cockeye. Rápidamente, entre los 4 llegan a convertirse, en tiempos de la prohibición, en unos importantes mafiosos. La ambición de Max lleva a Noodles a traicionarles para salvarles la vida... pero mueren, y Noodles nunca podrá perdonárselo a sí mismo.
Esta historia se nos cuenta mediante flashbacks de tres épocas: los 20's, los 30's, y el 68, a lo largo de 220 minutos de duración.
3.-El reparto
En primer lugar, hay que mencionar a los jóvenes actores que interpretan (genialmente) a los jóvenes golfos de la banda (Scott Tiler, Rusty Jacobs, Brian Bloom, Adrian Curran y Noah Moazezi). Sin duda, es una de los segmentos más inolvidables de la película. Una imágen que se te queda clavada es, por ejemplo, cuando Patsy va a contratar un favor sexual a una vecina a cambio de un pastel, pero tiene tanta hambre, que acaba comiéndoselo; o la muerte de Dominic, cuando dice "Noodles... resbalé".
Una vez los niños crecen, nos encontramos ante un reparto deslumbrante: Robert DeNiro como Noodles (en uno de los mejores papeles de su genial carrera), James Woods como Max, James Hayden como Patsy, y Willima Fotisthe como Cockeye. También destacan el siempre genial Joe Pescy, Burt Young y Treat Williams.
En cuanto a la sección femenina, sin duda cabe destacar, en primer lugar, a la joven que interpreta a Deborah de niña: una jovencísima Jennifer Connelly, en su primer papel. Una vez que Deborah es adulta, la encarna Elizabeth Mcgovern, con un pasmoso buen hacer. Finalmente, es importante hablar sobre Tuesday Weld, como la chica de Max.
3.-El cantar de los cantares
No quiero pasar por alto la historia de amor/desamor entre Noodles y Deborah, que es una de las más (¿bonitas?¿tiernas?¿desoladoras?) de la historia del cine.
Noodles está tremendamente enamorado de Deborah. La espía mediante un agujero en la pared mientras ella hace sus ejercicios... y aunque ella finge disgusto, realmente le deja hacerlo.
Una de las escenas más bellas de toda la filmografía de Leone es aquella en que Deborah y Noodles, aún de niños, casi se besan después de que Deborah recite una parte del Cantar de los cantares. Francamente insuperable.
Más adelante en la película, Noodles , ya salido de prisión, hace que abran un restaurante sólo para ellos dos. Tienen una cena muy romántica, y después están tumbados en el patio del restaurante, hablando. Él recita una parte del Cantar de los cantares para ella... todo parece que va a salir bien, es una escena preciosa, con la genial música de Morricone de fondo... pero ella le confiesa que el día siguiente irá a Hoolywood, para empezar su carrera como actriz. En el coche, de vuelta, Noodles se ve invadido por el sentimiento de impotencia y de rabia, al ver que nada va a salir como él esperaba, y viola brutalmente a Deborah, ante la impasible mirada del chófer. Al día siguiente, él va a despedirse de ella en la estación, pero ella baja la cortina del tren: lo que Noodles ha hecho es imperdonable.
El último episodio de la historia de amor entre Noodles y Deborah se narra cuando Noodles vuelve a Nueva York en el 68. Éste descubrirá que ahora Deborah está con su mejor amigo, Max, que no sólo no murió, sino que está viviendo la vida que correspondía a Noodles.
4.-La teoría del Opio
La película tiene una estructura circular: empieza y termina en el mismo momento y lugar: Noodles yendo a un fumadero de opio tras traicionar a sus amigos. Esto ha llevado a especular (el propio Leone prendió la mecha) sobre si toda la historia posterior (la de 1968) es un sueño producido por el Opio. Ésta tesis se sostiene en hechos como que Noodles no se relaciona en el "futuro" con personas que no conociera ya en el "presente" y "pasado", o por detalles como el númer que aparece e el camión en el que puede que muera Max (que es el número de años que han transcurrido desde que traicionó a Noodles), o en el hecho de que Deborah no ha envejecido apenas. Sin embargo, los detractores de esta teoría alegan que Noodles estaría proyectando sobre el futuro inventos que no existían en los años 30's, así como acontecimientos como al Guerra de Vietnam.
Para hablar sobre esta película no se puede empezar de otra manera que contando la larguísima pre-producción que llevó a cabo el genial director romano. Desde algo antes de empezar a rodar el que sería el broche de oro de su Trilogía del dólar (Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo), Leone estaba enamorado de una historia: la de la novela The Hoods, de Harry Grey. El director tenía claro que quería hacer un film sobre esa historia, pero no lograba conseguir los derechos para la adaptación.
Terminó de rodar El bueno, el feo y el malo, y conoció a Grey, que finalmente le vendió los derechos (era un declarado fan de los western de Leone). Pero cuando Leone desembarcó en América, ya con un nombre hecho entre los directores no americanos más importantes del momento, los productores no querían que hiciera una película sobre gánsteres judíos. Querían otro western. Leone estaba ya cansado del género, y aunque amase profundamente ese tipo de historias, creía que era ya la hora de cambiar de registro. Con la promesa de que después de esta película, podría rodar lo que deseara, reunió un genial equipo de guionistas (Bertolucci, Dario Argento, y él mismo, entre otros), que llevaron a cabo el que habría de ser uno de los mejores western jamás rodados, Hasta que llegó su hora (Once upon a time in the west), con Claudia Cardinale, Charles Bronson y Henry Fonda.
Pero las cosas no iban a ser tan fáciles... el largo proceso de escritura del guión de lo que sería Érase una vez en América (se dice que el más largo de la historia del cine), así como las presiones de las productoras, obligaron a Leone a rodar otra película más, antes de su ansiada C'era una volta in America. Tuvo que dirigir Agáchate, maldito (Giu la testa), sobre la revolución mexicana. Así, Leone llegó a considerar esta etapa como una nueva trilogía, sobre las distintas froteras en la historia de América: Hasta que llegó su hora, sobre la construcción del ferrocarril; Agáchate, maldito, sobre la revolución al sur de la frontera; y Érase una vez en América, sobre la etapa de la ley seca.
Finalmente, tras 14 años de preproducción (durante los cuales, se dice que Leone ya tenía la película rodada en mente de tal manera que decía a los guionistas cuántas palabras poner en boca de cada personaje, según el número de pasos que iban a dar), Leone se enfrentó a la que sería su obra maestra, si es que se puede destacar alguna obra dentro de la excelente (y breve) filmografía del genio italiano. Durante la etapa anterior, Leone ya había preparado la mayor parte de la banda sonora junto a su inseparable, y siempre infalible, Ennio Morricone.
2.-Érase una vez, en América...
David Aaronson "Noodles", un pobre chaval judío, conoce en los suburbios de Manhattan de principio del siglo XX a Maximilian Bercovicz "Max", otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Entablan una gran amistad y forman, con los 3 colegas de "Noodles", Patrick Goldberg "Patsy", Philip Stein "Cockeye", y Dominic una banda que prospera rápidamente. Sin embargo, la verdadera ambición de Noodles es Deborah, el amor de su vida. Es una chica, hermana de Fat Moe (el chico del bar), que se prepara como actriz y bailarina en la parte trasera del negocio familiar. Desgraciadamente, la banda es perseguida por Bugsy, el tipo para el que Noodles y sus amigos trabajaban anteriormente, y en uno de sus asaltos, mata a Dominic. Rápidamente Noodles se tira encima suyo y le mata, por lo que pasará 12 años en prisión. Cuando Noodles sale de prisión le recibe Max, que sigue con su banda junto a los otros 2 amigos, Patsy y Cockeye. Rápidamente, entre los 4 llegan a convertirse, en tiempos de la prohibición, en unos importantes mafiosos. La ambición de Max lleva a Noodles a traicionarles para salvarles la vida... pero mueren, y Noodles nunca podrá perdonárselo a sí mismo.
Esta historia se nos cuenta mediante flashbacks de tres épocas: los 20's, los 30's, y el 68, a lo largo de 220 minutos de duración.
3.-El reparto
En primer lugar, hay que mencionar a los jóvenes actores que interpretan (genialmente) a los jóvenes golfos de la banda (Scott Tiler, Rusty Jacobs, Brian Bloom, Adrian Curran y Noah Moazezi). Sin duda, es una de los segmentos más inolvidables de la película. Una imágen que se te queda clavada es, por ejemplo, cuando Patsy va a contratar un favor sexual a una vecina a cambio de un pastel, pero tiene tanta hambre, que acaba comiéndoselo; o la muerte de Dominic, cuando dice "Noodles... resbalé".
Una vez los niños crecen, nos encontramos ante un reparto deslumbrante: Robert DeNiro como Noodles (en uno de los mejores papeles de su genial carrera), James Woods como Max, James Hayden como Patsy, y Willima Fotisthe como Cockeye. También destacan el siempre genial Joe Pescy, Burt Young y Treat Williams.
En cuanto a la sección femenina, sin duda cabe destacar, en primer lugar, a la joven que interpreta a Deborah de niña: una jovencísima Jennifer Connelly, en su primer papel. Una vez que Deborah es adulta, la encarna Elizabeth Mcgovern, con un pasmoso buen hacer. Finalmente, es importante hablar sobre Tuesday Weld, como la chica de Max.
3.-El cantar de los cantares
No quiero pasar por alto la historia de amor/desamor entre Noodles y Deborah, que es una de las más (¿bonitas?¿tiernas?¿desoladoras?) de la historia del cine.
Noodles está tremendamente enamorado de Deborah. La espía mediante un agujero en la pared mientras ella hace sus ejercicios... y aunque ella finge disgusto, realmente le deja hacerlo.
Una de las escenas más bellas de toda la filmografía de Leone es aquella en que Deborah y Noodles, aún de niños, casi se besan después de que Deborah recite una parte del Cantar de los cantares. Francamente insuperable.
Más adelante en la película, Noodles , ya salido de prisión, hace que abran un restaurante sólo para ellos dos. Tienen una cena muy romántica, y después están tumbados en el patio del restaurante, hablando. Él recita una parte del Cantar de los cantares para ella... todo parece que va a salir bien, es una escena preciosa, con la genial música de Morricone de fondo... pero ella le confiesa que el día siguiente irá a Hoolywood, para empezar su carrera como actriz. En el coche, de vuelta, Noodles se ve invadido por el sentimiento de impotencia y de rabia, al ver que nada va a salir como él esperaba, y viola brutalmente a Deborah, ante la impasible mirada del chófer. Al día siguiente, él va a despedirse de ella en la estación, pero ella baja la cortina del tren: lo que Noodles ha hecho es imperdonable.
El último episodio de la historia de amor entre Noodles y Deborah se narra cuando Noodles vuelve a Nueva York en el 68. Éste descubrirá que ahora Deborah está con su mejor amigo, Max, que no sólo no murió, sino que está viviendo la vida que correspondía a Noodles.
4.-La teoría del Opio
La película tiene una estructura circular: empieza y termina en el mismo momento y lugar: Noodles yendo a un fumadero de opio tras traicionar a sus amigos. Esto ha llevado a especular (el propio Leone prendió la mecha) sobre si toda la historia posterior (la de 1968) es un sueño producido por el Opio. Ésta tesis se sostiene en hechos como que Noodles no se relaciona en el "futuro" con personas que no conociera ya en el "presente" y "pasado", o por detalles como el númer que aparece e el camión en el que puede que muera Max (que es el número de años que han transcurrido desde que traicionó a Noodles), o en el hecho de que Deborah no ha envejecido apenas. Sin embargo, los detractores de esta teoría alegan que Noodles estaría proyectando sobre el futuro inventos que no existían en los años 30's, así como acontecimientos como al Guerra de Vietnam.
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