martes, 31 de julio de 2007

El silencio de los corderos (Silence of the lambs), de Johnathan Demme

Voy a comentar una de mis películas favoritas desde que tenía 11 o 12 años. Ya hablé alguna vez sobre el personaje de Hannibal Lecter, con motivo del estreno de la decepcionante pre-precuela. Pero obviando eso, hablaré de una obra maestra sin igual en su género: El silencio de los corderos (Silence of the lambs, 1991), de Johnathan Demme. Y es que está sin duda entre mis favoritas, ya que es la única película con la que se me hace un nudo en el estómago de principio a fin. Es una especie de sensación de incomodidad, de malestar, que ninguna otra película me produce. Señores, estamos hablando de horror -aunque tal vez no de terror- en estado puro.
Esta película fue galardonada con cinco estatuillas de la Academia: Mejor película, Mejor Director (Johnathan Demme), Mejor Guión adaptado (Ted Tally, sobre la novela de Thomas Harris), mejor actriz (Jodie Foster) y mejor actor (Anthony Hopkins).

Ficha:

Género: Thriller / Crimen / Terror
Nacionalidad: USA
Director: Jonat
han Demme
Actores: J
odie Foster, Anthony Hopkins, Scott Glenn, Kasi Lemmons
Productor: Ronald M. Bozman, Edward Saxon, Kenneth Utt
Guión: Thomas Harris, Ted Tally
Fotografía: Tak Fujimoto

Música: Tom Petty, Howard Shore


Argumento:
Un psicópata conocido como Buffalo Bill está secuestrando a sesinando a jóvenes mujeres por todo el medio oeste de Estados Unidos. Teniendo en cuenta que si conoces a uno uedes conocer al resto, el F.B.I envía a la Agente Clarice Starling (Foster) a entrevistar a un prisionero demente que quizás pueda proporcionar una visión psicológica de la mente del asesino y pistas sobre sus acciones. El prisionero es el psiquiatra Dr. Hannibal Lecter (Hopkins), conocido como Hannibal el Caníbal, un brillante asesino caníbal que únicamente se comprometerá a ayudar a Starling si ella alimenta su curiosidad con detalles sobre su propia vida. Esta retorcida relación obliga a Starling no sólo a enfrentarse con sus propios demonios psicológicos, sino que además le llevará a enfrentarse cara a cara con un asesino atroz y demente, la encarnación de una maldad tan poderosa como nunca antes había conocido.



Hannibal,
el Caníbal:
Aunque esta es una película que se centra principalmente en el personaje de Clarice Starling, me parece obvio que la verdadera estrella de la función es ese delicioso sociópata llamado Hannibal Lecter. Pocos personajes llenan tanto una película, siendo practicamente meros secundarios (ha de tenerse en cuenta que Anthony Hopkins sólo aparece en pantalla durante un total de 16 minutos, en una película con un metraje de casi 2 horas).
Es un personaje sobre el que se habla desde practicamente el comienzo de la película, aunque no aparece hasta unos 10 minutos más adelante. Es decir, que antes de verle ya sabes que es alguien importante. También sabes lo que les pasa a sus víctimas. Durante la escena de la mazmorra, se crea una tensión insoportable, no sólo por lo opresivo del ambiente, sino por la tensa espera: sabes que estás a punto de ver a ese personaje que parece tan importante. Clarice atraviesa la mazmorra, pasando por delante de todo un escaparate de dementes, hasta que llega a una curiosa celda, totalmente iluminada, y recubierta de cristal.
Y ahí está él. De pié, esperando no sólo a Clarice, sino al espectador. Fue idea de Hopkins que Lecter esperara de pié. Cuando le preguntaron "¿Por qué?", respondió "Porque puede olerla".
Sus buenos modales, de caballero, nos sorprenden. Es un asesino brutal, y lo sabemos. Está loco. Pero es encantador. Es un perfecto gentleman, que puede volverse brutalmente incisivo e hiriente, cuando quiere. Porque se nutre de dolor, necesita someter a otras personas que considera inferiores, para sentirse satisfecho. Y con Clarice lo hace: le provoca para hacer que llore, pero la mujer le sorprende, porque es más fuerte de lo que parece.
El mesiático sociópata, sorprendido por una estudiante del FBI. Esto hace que se empiece a interesar en cooperar con la investigación sobre Buffalo Bill. De hecho, le da la respuesta sobre "¿Dónde está Buffalo Bill?" a Clarice al principio: cuando ella le pregunta por sus dibujos, Lecter dice que uno es de Florencia, el Duomo visto desde el Belvedere. Esto es mentira: no hay ningún palacio del Belvedere en Florencia (están en Roma y en Viena), pero es que es en el pueblo de Belvedere donde vive Buffalo Bill (James Gumb), como se ve al final de la película. Éste es un dato que, obviamente, pasa desapercibido para el espectador, pero que da una idea de lo brillante y retorcido de la mente de Lecter.
Durante las sucesivas visitas (un total de tres, en la mazmorra de Baltimore), Lecter y Starling intercambiarán información:él proporcionará información sobre Buffalo Bill a cambio de información sobre la vida privada de Starling. Esto es lo que más le gusta: saborear el dolor de ella, analizarla psicológicamente.
Starling logrará que se lleven a Lecter lejos del odioso Dr Chilton. Lo llevan a Memphis, donde tras entrevistarse con la senadora, madre de la próxima víctima de Buffalo Bill, es confinado en una celda nueva. Una celda donde no pasará mucho tiempo, ya que protagonizará la más espectacular y grotesca de las fugas.
Al final, Clarice recibe una misteriosa llamada: Lecter está suelto. Y, según parece, el Dr Chilton, va a tener compañía para cenar.

En definitiva, un personaje fascinante, máximo exponente del villano demente pero brillante, emparentado más con el conde Drácula que con Norman Bates.

El reparto:
En cuanto a los intérpretes que intervienen, destacan -lógicamente- sobre todo dos: Jodie Foster como Clarice Starling, y Anthony Hopkins, como Hannibal Lecter.
Jodie Foster construye un personaje complejo y duro, a pesar de lo hostil y aterrador del entorno. Consigue transmitir fuerza y valor desde un personaje aparentemente "frágil" como es una mujer, y más si esa mujer es simplemente estudiante, ni siquiera agente, del FBI. Ganó un merecido Oscar a la mejor actriz por este trabajo.
Anthony Hopkins hizo el papel de su vida, con un personaje inolvidable y único. Inigualable, en el mono azul de recluso, o con el bozal... son imágenes que son inseparables ya en nuestra mente con el rostro del actor británico -aunque antes de él, Brian Cox había interpretado al demente psiquiatra en Manhunter (Michael Mann). Era un personaje ofrecido a Robert De Niro, a Robert Duvall, a Gene Hackman... pero Hopkins había nacido para interpretar a Lecter. Ganó un muy merecido Oscar al mejor actor por este trabajo.
También cabe destacar a Scott Glenn, como Jack Crawford, el jefe de Clarice; y a Ted Levine, que encarna al demente Jame Gumb, Buffalo Bill. La interpretación de Levine causó revueltas entre la comunidad homosexual estadounidense, que acusaban a la película de homófoba. Eso sí, su actuación fue tan buena que ahora le cuesta encontrar papeles que no sean de psicópata, pederasta, etc.





A más ver...






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