lunes, 30 de abril de 2007

Yokai Daisenso, el cine infantil según Takashi Miike

- vaya... ¿un humano?¿nos lo comemos o
le hacemos cosquillas?
Fin de semana atareado en el pueblo -estudiar, comerme la cabeza con otros asuntos-, así que compré el viernes La Gran Guerra Yokai, de mi director nipón favorito, Takashi Miike.
Tenía entendido que era infantiloide -bueno, está dirigido al público infantil, aunque a mi esos bichos de pequeño me habrían dado miedo-, pero a mi me ha gustado bastante.
Durante las celebraciones populares, el joven de diez años Tadashi es elegido “Jinete Kirin”, defensor de la justicia y la paz. La leyenda cuenta que el Jinete kirin debe ir a una montaña cercana y reclamar una legendaria espada, guardada por el gran Goblin para así luchar contra el malvado ejército de Yomotsumono. Cuando los niños a lo largo del país empiezan a desaparecer y terroríficos monstruos comienzan a atacar a la gente, Tadashi deberá olvidar sus miedos y con la ayuda de los espíritus del bien se embarcará en la mayor aventura de su vida para derrotar al malvado Yomotsumono y rescatar a los niños de Japón en una épica batalla...
Este es el planteamiento inicial de la película. Pero da demasiadas cosas por supuestas, ya que en occidente no tenemos ni idea d elo que es un Yokai.
Según wikipedia:
Yōkai (a menudo nombrados Youkai, en Japonés: 妖怪) ("apariciones", "espíritus" "o demonios") son una clase de criaturas en la cultura japonesa que van desde el malévolo oni al travieso kitsune o la mujer pálida Yuki-onna. Unos poseen parte de animal y parte de rasgos humanos (por ejemplo Kappa y Tengu). Los Yōkai son generalmente más poderosos que los seres humanos, y debido a esto, tienden a actuar con arrogancia sobre los mortales. Los Yōkai también tienen valores diferentes de los seres humanos, y cuando estos entran en conflicto pueden conducir a la enemistad. Ellos son generalmente invulnerables al ataque humano, pero pueden ser derrotados por expertos exterminadores yōkai (退治屋, taijiya) y monjes budistas con la bendición de Buda.
Algunos yōkai simplemente evitan a los seres humanos y así el problema que conllevaban; generalmente habitan áreas aisladas lejos de viviendas humanas. Otros yōkai, sin embargo, deciden vivir cerca de asentamientos humanos conviviendo en buena armonía. Algunas historias cuentan que los yōkai crían como los humanos para tener han'yō, o “semi-demonios”. La mayor parte de estos cuentos comienzan como historias de amor, pero a menudo acaban con tristeza, resultado de los muchos obstáculos que tienen que afrontar los yōkai y los mortales en sus relaciones.
Estas criaturas han sido simbolizados y representados en representaciones artísticas como la
pintura, el teatro, hasta inclusive en el manga, anime y videojuegos.

La película, como está hecha por quien está hecha, tiene los puntazos brillantes y muy peculiares de su director. Algunas escenas que no son demasiado infantiles y algunos planteamientos ídem.
En definitiva, plenamente recomendable. La pregunta es ¿qué no es capaz de hacer el señor Miike san?

P.D: lo que no tiene precio son los sketches de humor con el Kappa, en los extras. Son geniales y desternillantes.

No hay comentarios: